Posicionamiento de la Asamblea noalamina Esquel sobre el DNU y la Ley Ómnibus

Documento especialmente preparado para el Paro y Movilización 24E

En nuestra lucha en defensa del agua y nuestro lugar contra las empresas mineras, nuestra comunidad ha debido batallar contra todos los gobiernos que administraron nuestro país a lo largo de los últimos 21 años.

Con decepción, e incluso con cierta tristeza, NUNCA hemos podido confiar en los grupos políticos que llegaron al gobierno. NINGUNO. Esquel lo sabe. Todos intentaron imponer el modelo extractivo minero, casi siempre tergiversando, mintiendo y trampeando las instituciones e instrumentos democráticos consagrados en nuestras leyes y nuestra Constitución.

El gobierno actual, con toda claridad, NO ES UNA EXCEPCIÓN.

Sin embargo, advertimos una diferencia terriblemente notoria: en el caso de los gobiernos anteriores, como asambleas de Esquel y de Chubut, hemos podido accionar recurriendo a diversos instrumentos legales e incluso jurídicos que nuestro pueblo a lo largo de toda su historia ha logrado plasmar en nuestra Constitución y nuestras leyes, a través del sistema democrático, y -algunas veces- representativo y republicano.

La diferencia con este gobierno actual, de Javier Milei, Victoria Villarruel, Luis Caputo y Patricia Bullrich es que pretende anular, liquidar esos recursos (legales, normativos, jurídicos) que cualquier comunidad tiene para accionar a través del ámbito institucional.

Pero no sólo eso. También pretende, por medio del protocolo de la ministra Bullrich, impedir a las comunidades expresarse en las calles, como en Esquel lo hemos hecho siempre.

Una presencia en las calles que se ha probado como LA ÚNICA HERRAMIENTA EFECTIVA cada vez que las corporaciones se adueñaron de los gobiernos y de los poderes supuestamente representativos del sistema republicano, esos famosos TRES poderes.

En particular, a través de su decreto y su ley ómnibus, el gobierno actual intenta destruir leyes que fueron fruto de luchas de muchas comunidades, e incluso franjas mayoritarias de población en todo el país a lo largo de años. Leyes que fueron redactadas por nuestros representantes o por el mismo pueblo, que se debatieron en comisiones, que se votaron en los diferentes recintos. Cada una de esas leyes se fueron sumando democráticamente a nuestro sistema legal, bajo la guía de nuestra Constitución.

Eso incluye la ley de Glaciares, que protege nuestros cerros y las fuentes de agua dulce de todo nuestro país. Eso incluye la ley de Bosques, que protege a nuestros territorios de la destrucción dirigida desde el modelo de la soja o los negocios inmobiliarios.

Pero también incluye la eliminación de cualquier regulación de alquileres, de precios en general, y de alimentos y medicamentos en particular. E incluye la eliminación de derechos laborales y de nuestras formas de defensa. De esa forma, empuja así violentamente a millones de familias argentinas, y a miles de familias chubutenses, a una pobreza mucho más profunda y todo a favor de los dueños del Poder económico. TODO DE UN PLUMAZO.

A través de la manipulación del término LIBERTAD y de nuevos espejitos de colores, el actual gobierno logró los votos para acceder al poder, y ahora -destruyendo cientos de leyes- habilita una vez más a las grandes empresas, nacionales y sobre todo extranjeras, a pisotear a nuestro pueblo, a robarnos el pan, el trabajo y la poca naturaleza que queda en pie en cada provincia.

Hemos visto estos días a muchos intendentes y gobernadores, corriendo a mendigar que no les afecten tal o cual negocio en su propia quinta.

Pero es el Congreso Nacional el principal cómplice, traicionando al pueblo al no haber frenado DE INMEDIATO semejante atropello a la división de poderes, al orden republicano que algunos espacios partidarios reclamaron acaloradamente siempre que estuvieron en la oposición, y que ahora conceden graciosamente a un presidente que posa de líder de las libertades, y sólo es un represor más al servicio de la libertad exclusiva de los poderosos para saquear  los hogares argentinos.

Desde esta asamblea rechazamos enfáticamente el DNU y la Ley Ómnibus en su totalidad, ya que atentan contra el principio de replublicaneidad, planteando una reforma constitucional de facto.

Rechazamos también las expresiones de nuestro gobernador  Ignacio Torres, que dice que está de acuerdo con el 90% de lo que propone el gobierno nacional. Quienes tienen esas expresiones están apoyando un proyecto de ley y un DNU que no fue redactado por el poder ejecutivo y que está pensado para defender por ejemplo los intereses de Eduardo Elsztain (propietario del 40% del proyecto cordón Esquel) y otros amigos del presidente Milei, del ministro Caputo y el expresidente Macri.

Instamos a los diputados provinciales: Jorge Loma Ávila, José Glinsky, Ana Clara Romero, Eugenia Alianello y César Treffinger a rechazar el DNU y votar en contra de la Ley Ómnibus. Desde esta asamblea repetimos: la salida a esta crisis sólo se logra de manera colectiva, comunitaria, solidaria y sin extractivismos

Vecinas, Vecinos

Como hace más de 20 años, seguimos en las calles, en esta oportunidad no sólo por nuestra agua y por trabajo digno, sino por todos nuestros derechos, porque vienen por el oro, por nuestra agua, por nuestras tierras, y VIENEN POR NUESTRA LIBERTAD de vivir en paz y con dignidad.

NO A LA MINA

No pasarán!