Por: Sol Tobía

Foto de portada: Asamblea Jáchal No Se Toca

Crecimiento económico y “desempleo cero”. Todos los riesgos de derrames y otros posibles desastres cubiertos. Veladero asomaba en 2003 como un proyecto prometedor para los jachalleros en particular y los sanjuaninos en general que, 21 años después, asisten al desembarco de la minera más grande del mundo de la mano del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).

Una operación de 3.000 millones de dólares selló la unión entre la minera australiana BHP y la canadiense Lundin Mining, que explotarán en conjunto los yacimientos Josemaría y Filo del Sol en San Juan. La bendición la dio el RIGI, al que la Legislatura provincial adhirió el 15 de agosto pasado mientras los entusiastas ya comenzaban a referirse al proyecto como “la Vaca Muerta del cobre”.

Por refrescante y transformador que suene el concepto, la transición energética no escapa a las viejas dinámicas globales, económica y geopolíticamente hablando. El “primer mundo” posó el ojo en los yacimientos de metales necesarios para la conversión a energías renovables hace rato y, en ese contexto, el cobre se coloca entre los elementos más codiciados a nivel mundial, al punto tal que las empresas están dispuestas a tolerar ciertos sacrificios.

La promesa de divisas y trabajo para San Juan

El precio que estamos dispuestos a pagar por minas que no serán operativas por algunos años y requerirán inversiones significativas para llegar a producción muestra la importancia que asignamos a expandir nuestras operaciones de cobre, y testimonia también la escasez de proyectos disponibles de esta magnitud” decía Mike Henry, CEO de BHP, al anunciar su unión con Lundin.

A ese respecto, quizás es pertinente destacar que, gracias al RIGI, las empresas dejarán de pagar derechos de exportación al tercer año desde su adhesión, con lo cual es posible que, para cuando “llegue a producción”, el proyecto no tenga por qué dejar dinero en el país.

Pero puede generar empleo. En marzo, el portal Carbono.news citaba declaraciones de Alfredo Vitaller, gerente general de Josemaría Resources, para estimar que el proyecto generaría unos 4.000 puestos de empleo “de manera directa”.

Mapa del Proyecto Josemaría (Jasemaría.ar)

Sin embargo, el mismo Vitaler se mostraba más impreciso en declaraciones a Infobae a comienzos de agosto: “Para 2024 no prevemos grandes cambios (…) En cuanto a estimaciones de producción/exportaciones y mano de obra, este acuerdo (entre Lundin y BHP) sienta las bases para convertir estos yacimientos en una de las minas más grandes a nivel mundial. Los estudios futuros determinarán proyecciones de producción, como así también estimaciones de la mano de obra requerida”.

La experiencia pasada no es garantía irrefutable de nada, pero provee una base lo suficientemente sólida para pensar el futuro. “En la mina Veladero debe haber 40 o 50 personas de Jáchal (trabajando). Hay un montonazo de gente desempleada y el único paliativo que recibe esta gente son contratos precarios que otorga el Municipio, en donde actualmente se está pagando $130.000 al mes”, dice Saúl Zeballos, miembro de la Asamblea Jáchal No Se Toca, al ponderar críticamente los resultados de 20 años de actividad de la minera Barrick Gold en la provincia.

En algunos casos, el salario de los empleados municipales es igual o menor a las facturas de luz que reciben los vecinos de Jáchal, una localidad donde la calefacción de los hogares depende esencialmente de la electricidad.

Ni obras públicas suficientes, ni fuentes de trabajo alternativas

“Hay que romper ese mito de que debemos ser Dubai”, estableció el intendente de Iglesia, departamento vecino de Jáchal, tras la adhesión sanjuanina al RIGI. “Iglesia ha cambiado muchísimo y los invito a que vengan a visitar Iglesia y que vean todo lo que hay y toda la diferencia”, aseguraba en declaraciones citadas por Tiempo de San Juan además de garantizar que la plata que entra por la minería “está invertida y se sigue invirtiendo”.

Zeballos no lo ve. Al menos no en Jáchal: “Han hecho algunas obras con fideicomisos mineros, como por ejemplo el hospital. Pero el hospital tendría que haber estado terminado en el año 2018 y se terminó inaugurando en 2023, ni siquiera eso tuvimos para la pandemia. Los beneficios vienen a cuenta gota”.

Por dar un segundo ejemplo, el jachallero menciona “el matadero municipal de Jáchal, que tendría que haber estado inaugurado en el año 2012 y hasta la fecha no se termina, por más que inclusive el exintendente Miguel Vega y el exgobernador Sergio Uñac dijeron que se iba a utilizar la multa del primer derrame de Barrick Gold en Veladero para terminarlo”.

La impresión que da el testimonio de Saúl Zeballos es que, laboral y productivamente hablando, la minería se comió todo. “Hay un parque agroindustrial y tampoco está en funcionamiento. Lo que nosotros vemos es que se nos condiciona en las fuentes de trabajo realmente sustentables para ofrecernos como única opción la megaminería”, sostiene y atribuye el problema a una situación “sistemática que se viene desarrollando desde los 90”.

En aquella década, “cerró la única fábrica de conservas de tomate, de arvejas y de dulce membrillo y no se abrió ningún otro establecimiento que diera trabajo. Es más, hubo dos fábricas de dulces de pulpa de membrillo que se promocionaron inclusive desde el Ministerio de Minería de San Juan y nunca se abrieron”, repasa Saúl.

 

“Se nos condiciona en las fuentes de trabajo realmente sustentables para ofrecernos como única opción la megaminería.”

Era la 12° Fiesta de la Agroindustria de Jáchal en 2019 y el entonces ministro de Minería, Alberto Hensel, inauguraba una línea de procesamiento de membrillo y tomate. “El desarrollo de los metales ha sido fundamental para la humanidad. Pero el desarrollo industrial debe ser también humano y tener la capacidad de superar antinomias”, predicaba entonces el funcionario, y coronaba: “Es muy lindo asumir compromisos y cumplir“.

¿Y el agua?

Para colmo de males, nosotros vemos que se nos están deteriorando las cuencas de agua, y un pueblo sin agua directamente no puede desarrollar ninguna actividad”, se lamenta Saúl Zeballos. El  asambleísta explica que en los últimos años la sequía fue especialmente severa en San Juan.

“No cae nieve suficiente en la Cordillera de los Andes y por lo tanto nuestros ríos cordilleranos no traen el agua que se necesita para todos los usos en los valles. En San Juan está el Río San Juan, que es el más caudaloso, el más importante, que da de beber a todo el Gran San Juan y riega el Valle del Tulum. El otro río, menor en importancia, es el Río Jáchal, que abastece principalmente al departamento de Jáchal”. Sobre la naciente de la cuenca de ese río es que opera Veladero.

“Hace un uso intensivo del agua. Por lo general, la megaminería tiene dos recursos que son indispensables para desarrollar la actividad: uno es la energía y el otro el agua. Además, genera un calentamiento local que hace que no nieve como antes o, si nieva, se derrita mucho más rápido esa nieve y no se pueda acumular para desprenderse progresivamente en el verano”, detalla.

Focalizando en lo que está por venir, indica que “ahora los grandes emprendimientos de cobre usarán otro tipo de sistema de consumo de agua: Josemaría utiliza un proceso de flotación que va a consumir 3000 litros por segundo”. Eso no es lo que decía el CEO de Lundin allá por 2020, cuando anticipaba que su emprendimiento requeriría apenas 350 litros de agua por segundo.

“Desmenuzando el Informe de Impacto Ambiental, nosotros descubrimos que en realidad son 3.156 litros de agua por segundo”, precisa Saúl y señala que esa cantidad de agua es prácticamente la misma que ingresa desde el Río Jáchal al Dique Cuesta del Viento, esencial para el abastecimiento acuático del departamento.

La escasez se siente: “El agua del río es usada para riego de los cultivos y este año los agricultores no tuvieron agua para riego por 125 días. Sufren cortes de 10 a 15 días por mes. Y, cuando se quejan y preguntan por qué los que están aguas arriba no hacen el mismo esfuerzo, únicamente reciben evasivas”. Diario Con Vos intentó comunicarse con las autoridades mineras de San Juan, pero al cierre de esta nota no hubo respuestas.

“Los emprendimientos mineros, como están en las nacientes de nuestros ríos, tienen la prioridad y tienen la disponibilidad del agua. Aguas abajo, bueno, si alcanza bien y si no alcanza sufren cortes.”

En su “resumen de sostenibilidad”, Lundin dedica unas líneas al subtítulo “Gestión del agua”: “Avanzamos en el desarrollo de un Plan de Gestión de Agua que busca el uso sostenible de este recurso. Este plan está compuesto por las siguientes cuatro directivas sobre la gestión y manejo de aguas: a) Transparencia y responsabilidad b) Gestión de los recursos hídricos c) Gestión de agua en áreas de captación d) Participación proactiva y participativa”, enumera la compañía.

“Nos han declarado zona de sacrificio”

El 27 de febrero, un grupo de vecinos jachalleros se enteró sobre la inminente instalación de un proyecto de exploración de uranio en La Ciénaga, un lugar donde hay parques y reservas naturales. Decidieron presentarse en el predio para manifestar su oposición y, cuando los expulsaron hacia la calle, formaron allí mismo una asamblea, que nombrarían Jáchal No se Toca. Fue la estructura vecinal que permitió dar una respuesta rápida y contundente al derrame de cianuro que provocaría Barrick en Veladero siete meses más tarde. Y al siguiente, y al otro.

“Nosotros no hemos parado de generar denuncias y reclamos, tanto administrativos como judiciales, pero en San Juan no han tenido ninguna respuesta positiva y por lo general se han archivado las causas. Hay, reconocidos por la misma empresa Barrick Gold y el Estado de San Juan, por lo menos tres derrames de cianuro y de mercurio en la cuenca del río Jáchal”, reconstruye Zeballos. En la mayoría de los casos, los “accidentes” se hubieran mantenido en silencio si no hubiese mediado la denuncia de los asambleístas.

“Nos han declarado zona de sacrificio. Por querer seguir viviendo acá estamos molestando, por eso no se nos reconocen los derechos y por eso se nos ningunea. Estamos pidiendo un debate serio sobre la megaminería desde el año 2010. Ese debate no se dio ni siquiera después del derrame de 2015, ni siquiera cuando están intentando meter megaproyectos mineros en las nacientes del Río Jáchal que se van a sumar a los que ya están”, reflexiona Saúl.

Para los asambleístas, los proyectos mineros vigentes no serán “ni siquiera un buen negocio” para la provincia. Si dan empleo, alerta Saúl, los trabajadores mineros “no van a poder protestar” y tampoco podrán hacerlo los vecinos que vean afectado “el recurso hídrico”. Dicho esto, Zeballos pone por muestra la reciente huelga de los empleados de BHP en Chile que paralizó por días a La Escondida, la mina de cobre más grande del mundo. Los mineros protestaban contra los bajos salarios que paga la empresa.

Para los jachalleros, el nuevo régimen no trae nada realmente nuevo y el viejo dicho que reza “el agua vale más que el oro” corre también para el cobre.