Esquel, Chubut, Argentina – 03/12/07. Habitualmente nos preguntan a los vecinos de Esquel cómo hicimos para enfrentar y frenar un emprendimiento minero multimillonario que tiene el respaldo político de todos los niveles de gobierno y los sectores que lucran a su alrededor. Y no nos atrevemos a explicarlo, solo contamos nuestra historia. Este martes 4 de diciembre, en la habitual movilización, los vecinos celebraremos estos 5 años de lucha.

Lo que sabemos es que no existen recetas ni modelos, solamente necesidades y sueños compartidos y un puñado de convicciones que en determinados momentos tenemos que abrazar entre todos hasta las últimas consecuencias.

Se cumplen 5 años desde que los vecinos de Esquel iniciamos las primeras marchas por el NO A LA MINA: fueron el 24 de noviembre y el 4 de diciembre del 2002. Desde allí en adelante todos los días 4 se hacen la marchas en contra de la megaminería. Este martes 4 de diciembre, en la habitual movilización, los vecinos celebraremos estos 5 años de lucha.

No obstante, la agitación por el tema de lo que se anunciaba como una irrevocable explotación minera, venía produciéndose desde mediados de ese año cuando se concretan en Esquel las primeras volanteadas, cátedras abiertas de medio ambiente y foros de debate e información donde paulatinamente los vecinos más preocupados o informados, docentes universitarios y especialistas de la región fueron involucrándose en la problemática minera. Con ellos comienza un ciclo esencial hacia una mejor información y toma de conciencia para la acción.

A esa altura Minera El Desquite S.A. (actualmente Minas Argentinas S.A., subsidiaria de Yamana Gold) en conjunción con el gobierno provincial y municipal anunciaban como un hecho imparable que en enero del 2003 comenzaba la explotación del yacimiento de oro y plata del Cordón Esquel, a solo 6 km en línea recta de la ciudad.

Simultáneamente se expandía entre la población la necesidad de contar con toda la información, no solo la que los mineras y funcionarios difundían intencionadamente a favor de su negocio. Fue así que hacia comienzos de noviembre del 2002 se realiza la primera asamblea de vecinos, un espacio de debate e información que superaba la inercia de los ámbitos institucionales y otorga a los vecinos protagonismo en la toma de decisiones.

Allí se resuelve hacer la primera movilización en contra del emprendimiento minero el domigno 24 de noviembre. Había en el ambiente algo de temor pero mucha voluntad y la unión de los vecinos pudo más que la prepotencia del gobierno. La población ganó la calle.

El gobierno provincial había llamado aceleradamente a la audiencia pública no vinculante para el 4 de diciembre para tratar el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto, el cual fue convenientemente retaceado al conocimiento de los vecinos.

Ante ese realidad, en otra asamblea de vecinos, además de volcar el reclamo hacia el Concejo Deliberante y el intendente, se convoca para ese día a la segunda marcha por el NO A LA MINA. Por la creciente presión social el gobierno de la provincia anuncia que se suspendía la audiencia pública. Los esquelenses festejamos ese 4 de diciembre la primera batalla ganada pero la lucha para impedir la actividad minera continúa hasta hoy y las marchas persisten cada día 4.

Seguiría luego el reclamo popular para lograr una consulta popular y la profundización de la información entre vecinos. Eso ya es otro capítulo de la misma lucha, que no solo involucra a los esquelenses sino a todos los pobladores de la región cordillerana.