Se trata del jefe de la oficina de Río Tinto en Shanghái y otros tres empleados que trabajaban a su cargo: Liu Caikui. Las autoridades chinas sospechan que todos ellos cometieron robo de secretos comerciales y sobornos, pero es ahora la fiscalía la que debe presentar formalmente todos los cargos en detalle y decidir si los detenidos serán juzgados, lo que de ocurrir podría acarrearles sentencias de más de diez años de prisión.
Pasan a manos de fiscalía.
Según recoge hoy la prensa local, la fiscalía detallará sus cargos y decidirá si los cuatro empleados, un australiano y tres chinos, serán procesados, tras recibir el informe de la Oficina de Seguridad Pública de Shanghái (policía). Se trata del jefe de la oficina de Río Tinto en Shanghái, el australiano de origen chino Stern Hu (Hu Shitai), y otros tres empleados que trabajaban a su cargo: Liu Caikui, Ge Minqiang y Wang Yong.
Las autoridades chinas sospechan que todos ellos cometieron robo de secretos comerciales y sobornos, pero es ahora la fiscalía la que debe presentar formalmente todos los cargos en detalle y decidir si los detenidos serán juzgados, lo que de ocurrir podría acarrearles sentencias de más de diez años de prisión.
De no ser procesados, los detenidos quedarían en libertad.
En un principio, cuando fueron arrestados en julio pasado, fueron acusados de robar secretos de estado, pero después se bajó el nivel de las acusaciones a espionaje industrial y sobornos.
En un principio, cuando fueron arrestados en julio pasado, fueron acusados de robar secretos de estado, pero después se bajó el nivel de las acusaciones a espionaje industrial y sobornos.
Todos ellos fueron acusados de intentar obtener información privilegiada sobre las negociaciones de los precios anuales del hierro entre las acerías chinas y las tres grandes mineras mundiales, Río Tinto, la también angloaustraliana BHP Billiton y la brasileña Vale Do Rio Doce.
El abogado de Ge y Wang, Zhai Jian, dijo a la prensa que no había sido informado todavía de que el caso había pasado a manos de la fiscalía, aunque las autoridades policiales no están obligadas a hacerlo.
Según Zhai, los fiscales podrían pasar ahora cerca de otro mes y medio revisando el caso antes de decidir si llevar a cabo un proceso judicial.
La detención de los ejecutivos de la minera angloaustraliana se produjo pocas semanas después de que Río Tinto rechazara los intentos de Chinalco, la mayor productora de aluminio de China, por hacerse con el 18 por ciento de la compañía.
El arresto de Hu, el pasado 5 de julio, enfrió las relaciones diplomáticas entre China y Australia, que lleva solicitando desde entonces que el proceso se lleve a cabo con la mayor rapidez posible.
Antes del anuncio del fin de las investigaciones policiales, el ministro de Comercio australiano, Simon Crean, ya se mostró satisfecho porque Hu estaba siendo bien tratado y recibía una representación legal adecuada durante su estancia en prisión.
Por su parte, Río Tinto mantiene su confianza en que sus empleados no han hecho nada ilegal, aunque se niega a hacer comentarios mientras continúe el proceso legal. EFE