Los ríos que se ubican en la Sierra Norte de Puebla –Ajajalpan, Apulco y Zempoala– podrían llegar a ser un peligro para el consumo humano, ya que concentrarían el arsénico que producen las mineras a cielo abierto autorizadas. Así lo consideró Diana Pérez, activista del consejo Tiyoxtloli, quien agregó que este tipo de minería, empleada para obtener oro y plata, contamina los cauces con elementos como aluminio, arsénico, hierro, magnesio, níquel, plomo, que podrían ocasionar “serios” daños a la salud de los aldeanos.
Fuente: Ángulo 7
En entrevista con Ángulo 7, dijo que el agua consumida con arsénico causa cáncer, además de traer afecciones a largo plazo al hígado, riñones y hasta problemas en la piel, por lo que exigió respetar la autodeterminación de los pueblos y sus ríos: “No queremos que exploten nuestros recursos naturales”.
Indicó que el nacimiento de dichos ríos proviene de la zona norte alta de Ixtacamtitlan, en donde se localizan los proyectos de minería a cielo abierto, lo que podría alterar las condiciones químicas y físicas del vital líquido.
Mencionó que, además, en la zona media de los tres arroyos se encuentran los proyectos hidroeléctricos para llevar energía a las mineras y en la parte baja de estos, el fracking –fraccionamiento hidráulico para inyectar agua y químicos en la tierra y extraer combustible.
Se gasta agua de 20 años en una hora
Apuntó que el vital líquido en mencionados ríos no sólo pone en peligro su sanidad, sino además está siendo “quitado” a los pueblos de la zona para ser entregado a transnacionales.
Recalcó que la minería a cielo abierto no solo contamina ríos, sino que llega a consumir 250 mil litros por hora, cantidad que una familia de la zona utilizaría en 20 años.
Además, este procedimiento genera sismos por las explosiones provocando así la desestabilización en los suelos y la muerte de diferentes tipos de peces.
Acusó que en el último año aumentaron de forma “desmedida” los proyectos mineros, hidroeléctricos y destacó que con la reforma energética se niega el derecho a protestar o defenderte jurídicamente, enfatizando que los “proyectos de muerte” son apoyados por el gobierno federal, a cargo del priista Enrique Peña Nieto.