Alberto Acosta, del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza:
El ecuatoriano preside la delegación del tribunal ético y civil que investiga el impacto ambiental de la mayor reserva de hidrocarburos del país y la posible violación a los derechos humanos en la zona de la Cuenca Neuquina. “No había visto tanta demanda de agua y nunca creí que había tanto problema de sismicidad”, aseguró el economista. Un ex petrolero y ex ministro de Energía y Minas que hoy denuncia cómo esta industria afecta los derechos de la Naturaleza y de las personas.
Fuente: El diario ar
Por Emilia Delfino
El economista ecuatoriano Alberto Acosta está impresionado, entre espantado y asombrado, como si el fantasma de una bestia gigante y expansiva lo hubiera atormentado e iluminado a la vez. Ha visto Vaca Muerta, el mayor potencial de hidrocarburos no convencionales de Argentina.
Es viernes 31 de marzo por la noche. Acosta -ex ministro de Energía y Minas de Ecuador (2007)- acaba de llegar a su hotel después de una extensa jornada que incluyó una visita a Sauzal Bonito, el pueblo que tiembla desde que las petroleras comenzaron a extraer petróleo y gas de las reservas de la Cuenca Neuquina a través de la técnica del fracking, que provoca sismos en la zona.
Delegación del Tribunal Ético y Civil en Vaca Muerta, marzo 2023
“Yo conozco el monstruo desde adentro”, advierte. No sólo ha sido funcionario a cargo de un ministerio de energía, mucho antes, además, trabajó en la industria petrolera. Se considera un converso. “Estoy shockeado, sobrecogido, impresionado. He visto mucho petróleo, he visto derrames de petróleo, he visto destrucciones del petróleo y de la minería. Pero esto me pareció ya alucinante y sobrecogedor”, aseguró a elDiarioAR en una entrevista telefónica.
La delegación que encabeza en Vaca Muerta llegó el jueves 31 de marzo y estará en el país hasta el 5 de abril. Realizará un informe, que será presentado en la Universidad de Buenos Aires y en la Cámara de Diputados. Luego, si consideran que hay un caso, se presentará ante el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza, en el que otro grupo de jueces civiles y éticos analizará la pruebas y dará un veredicto. “El lunes vamos a tener una rueda de prensa en la mañana para dejar nuestras primeras impresiones. Seguramente nos reciba el gobernador de la provincia de Neuquén, lo cual me parece también interesante, porque nosotros no venimos aquí de manera subrepticia”, asegura Acosta. Le han enviado cartas tanto al mandatario provincial Omar Gutiérrez como al presidente Alberto Fernández, previo a la visita.
Sobre lo que está viendo en Vaca Muerta, asegura: “No había visto tanta demanda de agua y nunca creí que había tanto problema de sismicidad”. Acosta ha estudiado y analizado la técnica del fracking, que implica la perforación de la tierra a miles de metros de profundidad a través de excavaciones y el uso de millones de litros de agua a gran presión, pero afirma que es la primera vez que se enfrenta a un campo de fracking y su bautismo es nada más ni nada menos que la inmensidad patagónica.
-La delegación del tribunal ha llegado ante las presentaciones y denuncias de organizaciones locales por posibles violaciones a derechos medioambientales y humanos. ¿Cómo afectaría el fracking a estos derechos?
-Aquí se ha extraído petróleo desde hace ya más de 100 años, el tipo convencional, pero ahora están sacando a través del fracking. Todo lo que es extractivismo de este tipo tiene algunos elementos comunes, pero el fracking es mucho más agresivo. A la extracción de petróleo convencional podríamos compararla con una especie de cáncer. El fracking es un cáncer mucho más agresivo por la cantidad de perforaciones y explosiones que se hacen, porque el rendimiento del campo petrolero que obliga a extraer el crudo con fracking tiene una característica muy especial: tienes un pico de extracción y cae inmediatamente. En dos o tres años ya estás tomando una decisión de si cierras el pozo o si sigues con la perforación horizontal. Entonces, para mantener la tasa de extracción de petróleo alta tienes que tener una cantidad enorme de perforaciones. Una de las formas en las que el fracking afecta los derechos de las personas son los sismos.
-Es lo que denuncian los habitantes del pueblo Sauzal Bonito…
-Claro. El problema es que como están metiendo esa cantidad de un líquido contaminante con millones de toneladas de arenas de sílice, eso se vuelve una especie de bomba en el subsuelo, que va perdiendo fuerza con el tiempo y eso es lo que provoca los sismos. Yo nunca había visto tantas casas cuarteadas. Entonces eso tiene por un lado una tremenda afectación a la Naturaleza. Para ponerte en términos gráficos, como yo escuché alguna vez, el petróleo es la sangre de la Naturaleza, de la tierra, de la Madre Tierra. Y el fracking está rompiendo los huesos de la Madre Tierra para sacar los restos de petróleo, los restos de sangre. Para que tengas una idea de con quién estás hablando: yo trabajaba en la empresa estatal de petróleo. Yo vi el monstruo desde adentro.
Una de las viviendas fracturadas por los sismos en Sauzal Bonito
-El tribunal ha hablado de denuncias por la falta de acceso al agua de las personas que viven cerca de Vaca Muerta. ¿Qué ha visto sobre esta cuestión?
-El fracking se caracteriza por la cantidad enorme de agua que demanda. Mucho más que el extractivismo tradicional. Ya se calcula que demanda más o menos 90.000.000 de litros de agua y químicos, en un 3%, y después tienes que mover más o menos 14.000 toneladas de arenas de sílice. Eso hace que la extracción del crudo vía fracking sea una actividad tremendamente nociva en términos ambientales y en términos humanos. Este fue uno de los elementos que se presentó con mucha crudeza en la jornada de hoy -por el viernes último-, porque requieren tal cantidad de agua que están dejando sin agua a extensas regiones. En esta zona de Vaca Muerta, tuvimos reunión con mapuches y con campesinos no mapuches. Los mapuches se encuentran con una enorme dificultad para conseguir agua. El río Neuquén, que estaba a muy pocos metros de su población está ahora muy lejos. Secaron el río.
-¿Desviaron el curso del río cercano a los habitantes locales?
-Han hecho los canales para retirar el agua y luego bombean el agua a la meseta para una parte más alta, transportan el agua en unas mangueras gigantescas, de más de un metro de diámetro, a las que les dicen “anacondas”, y las comunidades de abajo se quedan sin agua. Es tremendo. Y luego, además, tienen otra dificultad: están recibiendo agua contaminada. Están depositando gran cantidad de agua nuevamente en el río, aguas abajo. Ese es el problema de los campesinos que viven en otra comunidad, cerca de la región mapuche. Es muy importante tener justicia social y justicia ecológica. Las dos van de la mano. La una no existe sin la otra. El hecho de que le quites el agua es un problema ambiental y que generes los sismos es un problema ambiental, y a la vez, un problema social. A esta gente se les propone reubicarlos. No hay ningún respeto de su cultura, de su tradición, de su relación con su territorio.
“Anacondas”, las mangueras en las que se transporta el agua para el fracking