El gobernador de una de las Provincias mas grandes de Argentina, Córdoba, Juan Schiaretti anunció, tras la reunión de gabinete en Cosquín, que “se resolvió prohibir la explotación mineral metalífera en la zona de las cuevas de Ongamira para evitar la contaminación y preservar el medio ambiente”.El desafío que tiene por delante Córdoba está más allá de las cuevas de Ongamira. Debe trabajar junto a las provincias cordilleranas, para que la Nación mejore el código minero. Este marco legal ha demostrado ser propio de la época colonial, excesivamente beneficioso para los grupos extranjeros y oneroso para las regiones mineras, que se quedan con la contaminación, con el reclamo y las molestias, mientras el dinero grande va a parar al extranjero. Fuente: La Voz del Interior

Vista del valle de Ongamira Prohíben explotación minera en Ongamira

Córdoba. La Provincia lanzó ayer un mensaje a ambientalistas de todo el territorio provincial preocupados por la instalación de empresas mineras en zonas de valor cultural o patrimonial. El gobernador Juan Schiaretti anunció, tras la reunión de gabinete en Cosquín, que “se resolvió prohibir la explotación mineral metalífera en la zona de las cuevas de Ongamira para evitar la contaminación y preservar el medio ambiente”. De esta manera se quiso dejar en claro que no se autorizarán explotaciones de oro en esa reliquia histórica, paisajística y arqueológica de Córdoba.

Los habitantes de la región, autoconvocados en la organización “Ongamira despierta” realizaron el año pasado una serie de marchas para solicitar que el Gobierno rechazara los permisos de explotación de minas, solicitados no sólo en Ongamira sino en otras áreas donde subyace el patrimonio cultural. En realidad, a la Secretaría de Minería ingresaron en 2004 y 2005 una serie de pedidos de cateo o exploración por parte de empresas que esperan encontrar oro, plata, cobre, plomo o zinc en este valle serrano ubicado al norte de las Sierras Chicas, a sólo 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba.

Sin embargo, no fueron autorizados y ninguno solicitaba explorar en las “cuevas”. Antes de abandonar su gestión frente a la Secretaría de Minería, Néstor Scalerandi dijo de manera contundente que en Ongamira “no hay oro”. “Si no hay oro, ¿por qué se prohíbe su explotación?”, se le consultó al actual funcionario del área, Aldo Bonalumi. –Lo que se está haciendo es cumplir con el artículo 246 del Código de Minería, que establece restricciones a la explotación en función de la protección del ambiente y la conservación del patrimonio natural y cultural. En relación a la posibilidad de la existencia de oro en Ongamira, el funcionario dijo: “Las posibilidades geológicas de que haya son remotas (…) No hay cateos concedidos en Ongamira”.

Una nueva relación

La decisión declamativa del gobernador de prohibir la explotación metalífera en las cuevas de Ongamira fue una señal para que los pobladores movilizados, en especial en los departamentos Minas, Pocho y Punilla vean que, a partir de ahora, hay un compromiso de respetar las zonas arqueológicas. “Estamos trabajando con Cultura, Turismo y Ambiente para priorizar las áreas con patrimonio cultural. Pero tampoco vamos a permitir ‘una sábana’ que impida explotar en sitios donde no se perjudica a nadie”, manifestó Bonalumi. En relación a otras áreas donde abundan tanto las pictografías y los vestigios comechingones como las explotaciones mineras, el secretario de Minería (doctor en geología, con 34 años en Minería) aseguró que “a lo mejor habría que prohibir” las exploraciones en esos sitios. Bonalumi se mostró dispuesto a mantener una relación cordial con la Dirección de Patrimonio Cultural, que estaría realizando una especie de inventario con las zonas arqueológicas y culturales que había que preservar. “Luego, a esa información la vamos a superponer con las áreas de explotación minera (…) Lo primero que hicimos, cuando asumimos hace unos días, fue ponernos a trabajar en este tema”, recalcó. En relación a cómo se reglamentará la prohibición, Bonalumi dijo desconocer la necesidad de una ley o un decreto. Remarcó, en este sentido, que lo único que se hace es actuar en consonancia con lo que establece el Código de Minería a nivel nacional. “Hay que aplicar las leyes que hay. Si hay que hacer una especial, se hará”, concluyó.

Diversos conflictos

Córdoba. Ongamira. En 2003, los vecinos del valle de Ongamira comenzaron a movilizarse en oposición a la eventual explotación de oro y de plata.

Cañada de Salas, departamento Pocho. Vecinos denunciaron que una empresa realizaba exploraciones para una supuesta mina de oro.

Bialet Massé. Los pobladores denunciaron que los trabajos de una mina de mica amenazan la provisión de agua en la localidad.

Quebrada de la Luna, Ischilín, Copacabana, Todos los Santos, Cañada de Río Pinto, Sarmiento, Agua de las Piedras, Las Vertientes y Oro Negro, son otros lugares preocupados por la explotación minera.

La Rinconada, Casa de Tigre, en La Higuera (departamento Cruz del Eje). En febrero de 2007, agrupaciones culturales se movilizaron para pedir a la Provincia que declarase zona de exclusión minera a los yacimientos arqueológicos del noroeste deteriorados por la explotación ilegal de granito. Desde Minería, la solicitud fue denegada.

El problema no son las cuevas

Córdoba. Un escueto parte de prensa oficial informó que el Gobierno provincial “resolvió prohibir la explotación mineral metalífera en la zona de las cuevas de Ongamira”.

Es importante aclarar que hasta ahora no se conoce un solo emprendimiento que tenga previsto reventar las cuevas históricas para buscar metales. También debe recalcarse la necesidad de una ley provincial que, a los fines de evitar zozobra jurídica, especifique la naturaleza de la prohibición y la extienda a todo el territorio cordobés; caso contrario se estaría creando un área de excepción jurídica geográficamente delimitada.

Más allá de esos detalles, es bueno resaltar que la decisión del Gobierno provincial puede representar una buena oportunidad para Córdoba. Una docena de provincias argentinas, extendidas junto a la cordillera casi todas ellas, acogen rebeliones y conflictos regionales o locales de distinta intensidad, originados en la llegada de megaemprendimientos mineros, principalmente metalíferos.

La gravedad de varios de estos conflictos ya determinó que cinco provincias (Mendoza, Chubut, La Pampa, Tucumán y La Rioja) hayan aprobado leyes que prohibieron la minería metalífera a cielo abierto, espantadas ante la perspectiva de descubrir sus cuencas hídricas contaminadas con el cianuro que usa ese tipo de emprendimiento.

Durante el año pasado, Córdoba, una provincia con siglos de tradición minera no metalífera, amenazó con sumarse a las provincias agitadas por el mismo problema, cuando surgió la versión de que una gigantesca mina abriría su boca en la zona de Ongamira. Luego se conoció que otra similar tendría más chances de instalarse en Cañada de Salas, departamento Pocho. Si mañana Córdoba prohibiera toda la minería metalífera, no pasaría gran cosa: el ciento por ciento de su minería es piedra de cantera triturada, que alimenta la industria de la construcción de medio país y, en menor medida, piedra ornamental con destino de exportación.

El desafío que tiene por delante Córdoba está más allá de las cuevas de Ongamira. Debe trabajar en el Consejo Federal de Minería junto a las provincias cordilleranas, para que la Nación mejore el código minero heredado de la gestión de Carlos Menem. Este marco legal ha demostrado ser propio de la época colonial, excesivamente beneficioso para los grupos extranjeros y oneroso para las regiones mineras, que se quedan con la contaminación, con el reclamo y las molestias, mientras el dinero grande va a parar al extranjero y una muy pequeña cuota queda aquí en concepto de regalías.

La Voz del Interior, Córdoba