Se ha alertado de la reactivación de la mina de cobre de Touro (A Coruña), un proyecto extractivo «del siglo XIX» que «no crea riqueza» en Galicia y que va a «dejar un desastre medioambiental» debido a que no existe «la garantía» de que la zona vaya a ser rehabilitada de forma conveniente una vez finalice su actividad y advertido que la reactivación de la mina pone en riesgo explotaciones agrícolas.

Fuente: 20 minutos

El diputado nacionalista Xosé Luís Rivas ‘Mini’ ha ofrecido este viernes una comparecencia de prensa para salir al paso de la «alarma social» creada tras el anuncio de la reanudación de la actividad en la mina situada en Touro, que pone en riesgo «explotaciones agrícolas de gran interés en una de las zonas agrícolas más importantes del país». «Estaríamos repitiendo el mismo esquema que se hablaba en Corcoesto, que se hablaba en la Terra Chá o lo que estamos hablando con Erimsa en Mesía, Ordes, Oroso y Frades. Siempre es lo mismo, se lleva el mineral, no se crea riqueza ni valor añadido aquí, y se deja un desastre medioambiental», ha comentado. Y es que, según el parlamentario, la de Touro es «una actividad expoliadora», ya que «van a sacar 350.000 toneladas de mineral a un 23 por ciento de riqueza de cobre» que serán llevados fuera de Galicia para ser tratados, mientras los restos «van a ser enclaustrados» en una «balsa de 126 hectáreas de superficie». «Estamos hablando de materiales altamente contaminantes, de una acidez tremenda y de gran cantidad de materiales pesados. No es que el BNG esté en contra de la actividad minera, lo que sí estamos en contra es de una actividad expoliadora», ha incidido. La mina a cielo abierto situada entre los municipios de Touro y O Pino concentró su actividad entre los años 1973 y 1986. En ese momento, según ha indicado Rivas, no hubo un plan de restauración de la zona, en la que se creó una «balsa y un bombeo» que «agudiza la presión contaminante que ejercen los restos». 500 HECTÁREAS EN «PELIGRO» Ahora, el proyecto de reapertura de la mina -impulsado por la sociedad Explotaciones Gallegas y la multinacional Atalaya Mining y que ya ha dejado atrás la fase de alegaciones- ha generado una «alarma social», ya que afecta a 669 hectáreas, de las que 500 son de uso agrario en una zona donde se asientan explotaciones ganaderas y varias queserías. «Estamos hablando de actividades de transformación de las que el sector agrario está tan necesitado», ha añadido Rivas, que ha mostrado su preocupación ante la posibilidad de que dichas hectáreas «queden afectadas para siempre». Así las cosas, ha instado a que se establezca una «garantía» tanto por parte de la Administración gallega como de la empresa explotadora de la mina de que, una vez finalizada la actividad, el área sea «restaurada convenientemente».