Desde tempranas horas de la mañana del lunes 17 de septiembre y vigiladas por un fuerte contingente policial, empezaron a llegar desde diferentes puntos del país, las delegaciones que se fueron congregando en la emblemática Puerta del Conde, símbolo de nuestra Independencia. Cuando llegó la última delegación los organizadores, organizaron a las personas para depositar una ofrenda florar en el altar de la patria, donde descansan los restos de nuestros independentistas.

Por Domingo Acevedo
Depositada la ofrenda floral, se organizó la salida de la marcha, la cual recorrió la avenida Mella, la José Martí, hasta la calle París en donde doblamos a la izquierda y bajamos por la avenida Duarte, hasta la México, en donde cogimos rumbo a la casa de gobierno. La policía puso una barrera metálica que nos impidió llegar hasta las puertas de la casa de gobierno. Allí se negoció con la policía que se dejara pasar una delegación para entregar un documento al presidente con las demandas de la marcha cuyo principal objetivo es que detengan las concesiones mineras por el peligro que estas representan para el futuro del país, por el uso del cianuro y la minería a cielo abierto, la delegación fue recibida Henri Molina vice ministro de la presidencia.

Esta marcha por el contenido y por la cantidad y la diversidad de personas y personalidades, de grupos ecológicos, revolucionarios, populares, profesionales, religiosos y personas independientes, que participaron en ella, sienta un precedente en la lucha contra la mega minería y el uso del cianuro en le República Dominicana. La contundencia de esta marcha debe hacer reflexionar al gobierno y a las mineras instaladas en el país de que el pueblo dominicano está dispuesto a luchar por sus recursos naturales, está dispuesto a luchar por el futuro, está dispuesto a luchar por la vida. No a la mega minería y el uso del cianuro, el verde y el agua valen más que todo el oro del mundo.

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