El presidente dominicano Danilo Medina llamó el miércoles a la transnacional Barrick a renegociar la millonaria concesión de una mina de oro, al considerar inaceptable que la minera se quede “prácticamente con todo” el beneficio de la extracción y exportación del mineral, o de lo contrario adelantó que le impondrá nuevos gravámenes.

Fuente: Terra
Si la firma Barrick Pueblo Viejo, que comenzó la explotación de oro a mediados del 2012, “mantiene la posición intransigente que ha exhibido hasta ahora, el gobierno no se puede quedar de brazos cruzados”, advirtió el gobernante en medio de una ovación al rendir su primer informe de gobierno ante el Congreso.

Manuel Rocha, presidente de la compañía minera, ratificó el miércoles en un comunicado su disposición al diálogo con el gobierno, pero que la compañía enfrenta limitaciones “debido a compromisos asumidos con las instituciones que financian el proyecto”.

Las canadienses Barrick Gold y Goldcorp adquirieron en 2006 la concesión para explotar durante 25 años la mina de oro, plata y zinc de Pueblo Viejo, 100 kilómetros al norte de la capital, que ha recibido amplios cuestionamientos por parte de ecologistas, grupos comunitarios y más recientemente por muchos de los mismos congresistas que aprobaron el contrato al considerar que no es beneficioso para el Estado.

De acuerdo con la concesión, adecuada por el Congreso a favor de la minera en 2009, Barrick Pueblo Viejo comenzará a pagar al Estado, una vez que haya recuperado su inversión total y obtenido 10% de ganancias, el 3,2% de derecho de operaciones y 28,75% de las utilidades netas, además del impuesto sobre la renta.

La mina de Pueblo Viejo cuanta con una reserva probada de 20 millones de onzas de oro y la concesión a Barrick representa la mayor inversión extranjera directa que recibe República Dominicana en su historia.

Al insistir en su disposición a dialogar sobre algunos aspectos del contrato, Rocha recordó que “la seguridad jurídica es fundamental” para lograr beneficios compartidos entre Barrick, el Estado y las poblaciones cercanas al yacimiento minero.

Jorge Esteva, vocero de la minera, había explicado a The Associated Press a mediados de febrero que el contrato de concesión “no puede ser modificado de manera unilateral por ninguna de las partes”, como exigían con protestas callejeras algunos grupos. Esteva aseguró que la compañía no había recibido hasta entonces ninguna comunicación de la Cámara de Diputados o del Congreso para discutir eventuales cambios en la concesión.

El anuncio del presidente Medina recibió de inmediato el apoyo de dirigentes y legisladores de la oposición. “Nosotros seguiremos movilizándonos y recolectando firmas” para lograr la modificación del contrato, dijo el diputados Juan Hubieres, quien ha encabezado varias protestas en contra de la minera.

“Entendemos que habrá una negociación amigable, donde se respete la seguridad jurídica y los intereses de la empresa y del Estado”, dijo Miguel Vargas, presidente del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Medina recordó en su discurso, en el que dedicó cinco de 31 páginas para hablar de la minera, que los precios internacionales del oro se han incremente de 298 dólares la onza desde que negoció la concesión originalmente en 2002 a 1.700 dólares la onza, sin que ello represente beneficio inmediatos para el país.

“De cada 100 dólares de ingresos por la exportación de oro y otros metales, la Barrick recibirá 97 dólares y el pueblo dominicano tres” durante los primeros años de explotación y “eso es sencillamente inaceptable”, según el mandatario.

El jefe de Estado adelantó que si la minera no acepta renegociar los aspectos fiscales de la concesión, someterá al Congreso un proyecto para crear un impuesto a los “ingresos inesperados de la empresas exportadoras de minerales” a fin de gravar el excedente entre el valor de los metales en el momento de la firma del contrato y los ingresos reales por la exportación.

Medina lamentó que “lo único que la empresa ha ofrecido (durante conversaciones en el último años) es la posibilidad de adelantar el pago de impuestos futuros”, por lo que advirtió que “hasta ahora hemos sido pacientes. Pero la paciencia tiene un límite”.

Barrick Pueblo Viejo “ha significado la inversión extranjera directa más grande de la historia dominicana”, ha insistido la compañía minera a través de la campaña publicitaria “La verdad sobre Barrick Pueblo Viejo”, que ha desarrollado en diferentes medios de comunicación durante el último mes para responder a cuestionamientos del congreso, de grupos populares, académicos y ecologistas.

La compañía, que originalmente tenía previsto invertir 2.500 millones de dólares para comenzar a operar la mina, dijo el miércoles que sus gastos se han incrementado a cerca de 4.000 millones de dólares, que deberá recuperar antes de comenzar a pagar utilidades al Estado.

Según la empresa, durante los 25 años de concesión el Estado recibirá unos 11.000 millones, suma similar a la que obtendrá la minera.

“Hay que ver las cosas con confianza. El Diálogo va a suceder, es un paso y esperamos que el futuro sea para la conveniencia de la compañía y de la República Dominicana”, comentó el embajador canadiense Georges Boissé.