En estado de alerta se hallan los moradores de varios corregimientos del distrito de San Francisco de Veraguas, por la posible reactivación de las minas de oro de Remance, las que cerraron operación en 1995 cuando inició la explotación del mineral su homóloga Minas Santa Rosa, en Cañazas. Un centenar de pobladores y miembros de organizaciones sociales rechazaron la reapertura de la mina Remance cuando asistieron el foro público para el estudio de impacto ambiental (EIA) categoría III.

Fuente: La Prensa
La pasada semana, un centenar de residentes de las comunidades de San José, Remance, San Juan y Los Hatillos de San Francisco, miembros de la Red Ecológica, Social y Agropecuaria de Veraguas (Resave) y activistas del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero M4 asistieron y rechazaron la reapertura de la mina Remance, en el foro público para el estudio de impacto ambiental (EIA) categoría III.

Víctor Jordán, sociólogo veragüense, relató que existe mucha preocupación en los moradores de estas comunidades, puesto que la explotación de oro de la mina Remance está muy cerca de ríos y quebradas que desembocan en el río Santa María, mismo que surte de agua potable a los distritos de Santa Fe, San Francisco, Santiago y Atalaya.

De acuerdo con Jordán, los asistentes al foro ambiental se molestaron porque en ningún momento se les consultó sobre la intención e iniciativa de reanudar las actividades mineras en esta región, cuando se pensaba que la fiebre del oro ya había pasado con el cierre de las dos minas, tanto la de Remance en San Francisco, como la de Santa Rosa en Cañazas.

Esta mantiene planes de reactivación también en la que se afectarán varias comunidades campesinas de esta región norteña.

Lo peor de este problema, es que ya los grupos ecológicos de estas comunidades solicitaron al Ministerio de Salud y al Ministerio de Comercio e Industrias se les otorgue la evaluación sobre las experiencias positivas o negativas de la explotación de oro en estos yacimientos. Sin embargo, ninguna ha dado una respuesta a la solicitud de los lugareños, reiteró Jordán.

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NO QUIEREN MINERÍA

El sociólogo veragüense aseguró que el foro lo dirigió la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y en él participaron representantes de la empresa minera, analistas ambientales y expertos en extracción de oro, tanto a tajo abierto, relave o con túneles.

Luego de dos horas de debates y señalamientos de quienes presentaron el objetivo del proyecto minero, los campesinos decidieron levantarse y retirarse del local de la Cooperativa Juan XXIII, en el distrito de San Francisco de Veraguas, dijo Jordán.

Los representantes de la empresa aclararon que las comunidades no tendrían que temer a los problemas de contaminación que se suscitaron a mediados de la década de 1990, toda vez que las nuevas tecnologías permitirían realizar un trabajo más cuidadoso y respetuoso del ambiente.

Jordán enfatizó que los miembros de las comunidades que asistieron al foro fueron víctimas de las consecuencias de la extracción minera, cuando se evidenciaron derrames de sustancias tóxicas que contaminaron ríos y quebradas provocando la muerte de peces, camarones y otras especies acuáticas en la década de 1990.

EMPRESA CANADIENSE

El contrato de concesión está bajo la operación de la empresa Greenfield Resourses Inc., que tiene los derechos exclusivos de 2 mil 400 hectáreas, según se estipuló en la notificación para el foro.