San Carlos, Nicaragua – 04/04/08. Ante la amenaza de la explotación minera a cielo abierto en el área costarricense de Crucitas, a tan sólo tres kilómetros del río San Juan, los gobiernos municipales de El Castillo, San Carlos, San Juan del Norte y San Miguel mantienen un no rotundo a la minería en defensa del manto acuífero y del ecosistema. Recientemente fue otorgada la viabilidad ambiental por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) de la vecina Costa Rica a la empresa canadiense Vanessa Ventures, para oro en roca dura, en un tajo a cielo abierto de 80 hectáreas de diámetro y 85 metros de profundidad, a tan sólo tres kilómetros del río San Juan.
Fuente: El Nuevo Diario

Dique de colas en Crucitas Las reacciones de rechazo han surgido a raíz de la denuncia hecha por Antonio Ruiz, Director de Fundación del Río, ante el otorgamiento de viabilidad ambiental realizado por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) a la empresa canadiense Vanessa Ventures, para explotar más de un millón de onzas de oro en roca dura, con lo cual la empresa explotará un tajo a cielo abierto de 80 hectáreas de diámetro y 85 metros de profundidad, a tan sólo tres kilómetros del río San Juan.

Francisco Díaz, Alcalde de El Castillo, hizo un llamado al canciller de la República de Nicaragua, Samuel Santos, para protestar contra las pretensiones de la empresa minera Vanesa Ventures y el posible visto bueno del gobierno costarricense, así como transmitir la voluntad de los gobiernos fronterizos nicaragüenses. “No permitiremos la contaminación del San Juan”, advirtió.

Echar a andar acuerdos

El edil de El Castillo, municipio donde se ubica la gran reserva Indio Maíz y que con el caudaloso río San Juan comparte la línea limítrofe de Crucitas, donde se pretende realizar la explotación minera, dijo que es el momento de echar a andar los acuerdos de la VI Reunión Binacional que tienen “el propósito de consolidar los lazos de hermandad y solidaridad existente entre ambas naciones”.

En la declaración conjunta suscrita el pasado 14 de marzo, en Granada, acordaron instruir a los ministros de Relaciones Exteriores a iniciar de inmediato el proceso de reactivación de subcomisiones de trabajo, entre ellas la de Asuntos limítrofes y la de Asuntos de Cooperación y Desarrollo: salud, infraestructura, desarrollo fronterizo, medioambiente, viviendas y asentamientos humanos, interconexión eléctrica, educación y cultura.

Díaz agregó que es importante tratar el tema debido a los daños que causaría la explotación minera en ambos países, en la cuenca binacional que comparten.

El jefe de la comuna de El Castillo señaló que los alcaldes riosanjuaneños han consultado y sometido a pleno las solicitudes de concesiones mineras, y llegaron a un acuerdo unánime de no permitir la explotación de minas a cielo abierto. “Vamos a defender nuestro río, nuestro patrimonio y la diversidad”, apuntó.

Cancillería debe actuar

Por su parte, Mauricio Martínez, líder de los productores, manifestó que la Cancillería debería protestar contra el otorgamiento de viabilidad ambiental que dio la Setena, de Costa Rica, “es necesario hacerlo de inmediato”, sugirió.

Para Martínez, el hecho de compartir una cuenca binacional pasa por el respeto a las leyes internacionales, dado que los desechos derivados de la explotación minera a cielo abierto a tres kilómetros del San Juan, contaminarían el río y degradarían el ecosistema que beneficia a ambas naciones.

Martínez hizo un reconocimiento a las organizaciones ambientalistas y a la población costarricense por su lucha inquebrantable que han sostenido contra la minería, la que también se ha traducido en las comisiones binacionales que para desarrollar la zona fronteriza y fomentar relaciones armónicas, han funcionado en los últimos tres gobiernos locales.

Prevén daños a una cuenca compartida

La cuenca binacional tiene un área de 38,500 kilómetros cuadrados, el 64 por ciento corresponde a Nicaragua y el 36 por ciento a Costa Rica. En ella habita una población aproximada al millón 70 mil personas: el 75 por ciento nicaragüense y el 25 por ciento costarricense.

La cuenca cuenta con cinco áreas protegidas: la Reserva Biológica Indio Maíz, Monumento Histórico Fortaleza la Inmaculada Concepción, Refugio de Vida Silvestre Río San Juan, Refugio de Vida Silvestre Los Guatuzos, Monumento Nacional Archipiélago. El conjunto de áreas protegidas constituye la Biosfera del Sureste.