Los manifestantes tienen evidencias en fotografías y videos de que hay labores al 30 por ciento, informan a cinco días del bloqueo para exigir una indemnización por daño ambiental. Denuncian que el gerente de la mina, David Alduenda no quiere sentarse a negociar con los pobladores, y afirma que seguirá trabajando porque está en sus tierras.

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Fuente: Sur Acapulco
A cinco días del bloqueo de los accesos a la minera Media Luna y su campamento, pescadores y otros pobladores de Nuevo Balsas, Cocula, emplazaron al gerente David Alduenda a que este día retire a todos los trabajadores que metió vía aérea, o de lo contrario ingresarán a la mina y tomarán las instalaciones.

Ayer vía telefónica uno de los representantes de los pescadores dio a conocer que el gerente inició la represión, y despidió el sábado a uno de los trabajadores y poblador de Nuevo Balsas que apoyó los bloqueos.

Antes de la protesta que inició el miércoles, la empresa minera ya había despedido a unos 30 trabajadores originarios de Balsas.

Los manifestantes demandan una indemnización de 500 mil pesos anuales debido a la contaminación de la empresa propiedad de Torex Gold Resources Inc., por el derrame de lixiviados al río, que ha afectado en más del 80 por ciento al sector pesquero.

La fuente consultada que pide el anonimato por la represión en contra de los que participan en las protestas, informó que la tarde el domingo una comisión de pobladores del Comité Ciudadano y el comisario municipal, Marcos Valentín entraron a la mina para hablar con el gerente de Media Luna, David Alduenda, y pedirle que detenga los trabajos de la mina ante la inconformidad de los vecinos.

Dijo que el representante de Media Luna no quiere sentarse a negociar ni dialogar con los pobladores, y que el gerente “mandó a decir que el pueblo haga lo que haga, a él no le interesa y que él seguirá trabajando porque está en sus tierras, y nadie le va a decir qué hacer o qué no hacer”.

Afirmó que tienen evidencias en fotografías y videos que confirman que el gerente de Media Luna uso dos helicópteros para meter a los trabajadores y víveres a las instalaciones de la minera, para seguir los trabajos.

Negó que a través de los helicópteros hayan sacado a los trabajadores que quedaron y recordó que tanto en la mina como en el campamento, que tomaron el sábado, han permitido la salida de los trabajadores sin ningún problema, y que sólo no los dejan entrar al igual que a los vehículos y camiones de Media Luna para impedir que sigan trabajando.

Aseguró que dentro de la mina hay gente trabajando, entre ellos gente del pueblo que trabaja en la mina y los mandaron a traer para meterlos vía aérea, éstos informaron que adentro hay labores, aunque sólo en un 30 por ciento.

Dijo que a los trabajadores no los dejan salir los representantes de Media Luna.

Ayer cumplieron cinco días bloqueados los tres accesos a la mina, el campamento asentado en tierra ejidales de Atzcala y algunos accesos por la zona del río Mezcala.

Ayer unas seis patrullas de la Policía Estatal recorrieron la zona con unos 25 efectivos con equipo antimotines, se acercaron a los manifestantes para tomar algunas fotografías del bloqueo y pedirles que no radicalicen sus acciones, y en seguida se retiraron.

Denunció que el gerente de la mina ha reportado ante las autoridades que los pobladores están armados, por lo que algunos policías han llegado a los plantones y dicen que les reportaron gente armada, y les responden que hagan revisiones y que si encuentran a alguien que lo detengan y se lo lleven.

Aunque vio lejana la posibilidad de que ingresen a la mina para impedir los trabajos ante el temor del uso de la fuerza pública en contra de ellos para desalojarlos, o de algunas sanciones, no descartó esta posibilidad, ya que dijo “la gente está enardecida por la actitud asumida por el gerente Alduenda, pues vamos a ver quién se desespera más rápido si él o nosotros”.

Dijo que el bloqueo de los accesos permanecerá de forma permanente e indefinida, o hasta que se llegue a una negociación con la empresa minera de inversión canadiense.

Declaró que dieron un ultimátum al gerente: que si para este día no sacaba a toda su gente de la mina, iban a convocar a todo el pueblo y sus vecinos de La Fundición y Atzcala, para ingresar a la mina y tomar las instalaciones.

Denunció una actitud déspota del gerente, y reprochó que a él sólo le interese “engordar los bolsillos de los canadienses y de él mismo, sin tener ningún proyecto para el pueblo y su gente. A él el pueblo de Nuevo Balsas no le interesa en lo más mínimo y la muestra es que ha corrido a la mayoría de los habitantes de Balsas que trabajaban en la mina”.

Asimismo informó que ya iniciaron las represalias en contra de los trabajadores que apoyan a los pobladores y el pasado sábado despidieron al primero, a consecuencia de los bloqueos a los accesos.

Dijo que esta situación la ha implementado de forma “ventajosa” el gerente de la mina para intentar debilitar los bloqueos “pero lo único que está logrando es enardecer más al pueblo y unirlo en su contra”.