La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto minero Los Cardones “presenta deficiencias extremas y no reúne los requisitos básicos necesarios como para que pueda considerarse para el proceso de impacto ambiental” según el científico mexicano Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y Estados Unidos en California.

Fuente: Noti Cabos
Ezcurra sostiene severas críticas al proyecto en una carta dirigida a Alfonso Flores Ramírez, titular de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en donde expresa que “tanto el Proyecto Los Cardones como su MIA tienen una similitud muy grande no sólo con el documento anterior del año 2012, sino también con los documentos del ahora extinto proyectos “Paredones Amarillos/Mina Concordia”, y que fue denegado por la DGIRA en años pasados”.

En esta misiva el experto expone puntualmente que el riesgo geológico y geo-hidrológico del proyecto es inaceptablemente elevado, que el estudio de riesgo no ha sido puesto a disposición del público de manera abierta y transparente, y todo indica que está seriamente sesgado, que el riesgo de las tepetateras para la salud humana es altísimo, y no ha sido siquiera analizado en la MIA, que el impacto regional del sistema de abasto de agua dulce no ha sido incorporado a la MIA, y que la restauración del sitio después del cierre de la mina no está garantizada.

De ser autorizada la mina “Los Cardones” , al final de los diez años de su operación causará los siguientes daños:

  • Extracción de unos 173 millones de toneladas de roca del tajo de la mina,
  • 135 millones de los cuales habrán sido depositados como residuos en las grandes tepetateras del proyecto, y 
  • 38 millones habrán sido acumulados en las presas de jales en forma de sedimentos mineros saturados de solución de cianuro.
  • Durante ese tiempo, el proyecto habrá extraído por medio del proceso de desalinización unos 20 millones de metros cúbicos de agua del mar en la costa, 
  • habrá provocado fuertes intrusiones salinas al acuífero costero, y 
  • habrá arrojado al mar unas 600 mil toneladas de sales residuales contenidas en unos 2 millones de metros cúbicos de salmueras.
  • En esos diez años el proyecto habrá consumido unos 300 millones de kilowatts-hora de la red eléctrica local, y 
  • habrá emitido unas 150,000 toneladas de CO2 a la atmósfera generados por el consumo de unos 100 millones de litros de combustibles fósiles.
  • Finalmente, el proyecto habrá generado, durante esa década, sólo unas 200 plazas laborales para la región.

“La minería sustentable debería tener un análisis de riesgo riguroso, basado en el principio precautorio y con probabilidades de catástrofes realmente mínimas, casi nulas. Debería tener planes rigurosos, demostrados, y verificables de restauración ecológica del sitio. Debería poder trabajar con las comunidades locales, ser socialmente responsable, y aportar de manera seria al desarrollo regional. Debería tener siempre presente el respeto básico y fundamental al patrimonio natural de la nación, a los derechos de las poblaciones locales, y al derecho de las generaciones futuras de recibir de nuestra generación un ambiente sano, limpio, y productivo” finaliza Ezcurra.

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