La explotación incontrolada de la minería en las riveras del río Dagua arrojó su primer damnificado: la bahía de Buenaventura, donde la alta sedimentación amenaza la actividad portuaria. Para colmo, le dragado da lugar a la existencia de aguas estancadas que se convierten en el caldo de cultivo para la malaria que registra 126 casos en en esta.

Fuente: diario El País
La explotación de la minería en el río Dagua amenaza la actividad portuaria.

Frente al anuncio del alcalde José Félix Ocoró de iniciar el proceso de legalización de los 20 kilómetros de explotación aurífera en Zaragoza, los agentes navieros lanzaron una alerta al reclamar un dragado urgente de los aproches o sitios de atraque de los barcos en el muelle, pues las profundidades, de diez y once metros, han descendido hasta ocho metros.

Esta situación ha obligado a las naves a mermar su carga para no correr el riesgo de tocar fondo, pues eso causarían un grave impacto a la competitividad del terminal marítimo de Buenaventura, según lo indicaron voceros de los navieros.

La Capitanía de Puertos confirmó estos temores: además de alta sedimentación hay signos de contaminación por metales pesados como el mercurio, todo a causa de las minas de oro en Zaragoza.

Por su parte, el gerente de la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura, Domingo Chinea, calificó la situación como grave y señaló que las denuncias de los agentes navieros son reales e incluso habría necesidad de volver a hacer los trabajos de dragado en los aproches y zonas de maniobras, antes de lo presupuestado.

“Lo que teníamos previsto como factor de sedimentación en dos o más años se ha dado en menos de seis meses, producto de los desechos que diariamente caen a la bahía”, precisó Chinea.

Alerta por malaria

En estado de alerta se declararon las autoridades de salud en el Puerto tras conocer que en la zona de minería de Zaragoza se han registrado 126 casos de malaria.

La existencia de aguas estancadas producto de las excavaciones para la extración se convierten en el caldo de cultivo en esta zona que está próxima a ser legalizada por el Gobierno local.

“La situación es muy preocupante por la cercanía con el casco urbano, pues se puede convertir en un foco de contagio para la comunidad”, dijo Gabriel Torres, de la Unidad Ejecutora de Saneamiento.

El funcionario informó que se están interviniendo y fumigando los criaderos del anopheles, con el fin de evitar que se disparen las cifras del paludismo que hasta el momento se tenían controladas en Buenaventura.