Tropas de la tercera división del Ejército captaron el pasado 22 de enero imágenes que evidencian la desaparición del río Sambingo en el departamento del Cauca. El contingente, que se encontraba en operaciones contra las actividades mineras ilegales, encendió la alerta sobre la extrema situación de las fuentes hídricas del Macizo Colombiano.

 La operación, denominada Espartaco, se desarrolló entre los municipios de Almaguer, Bolívar y Mercaderes, al sur de Popayán, y muestran el árido lecho de lo que fue el río Sambingo perforado por algunos pozos de la extracción minera. La situación se dio aproximadamente a 11 kilómetros del nacimiento del río, en la zona de influencia del páramo Granadillo.

A través de un comunicado, el Ejército confirmó que en el lugar fueron halladas cinco máquinas retroexcavadoras, una clasificadora y otros elementos de extracción estimados en 400 millones de pesos, una cifra irrisoria comparada con los tres mil millones aproximados que los delincuentes devengaba por la mina mensualmente.

“Para la recuperación de la zona, se requerirían cerca de 100 mil millones, lo que equivale a la construcción de cerca de tres mil viviendas de interés social y casi 100 años de trabajo ambiental, para lograr la reforestación y recuperación de los niveles básicos de habitabilidad”, dice el comunicado.

Luego del desembarco en tierra, los soldados reportaron el exterminio de varias especies de la zona, así como de las 360 hectáreas de bosque nativo. El río Sambingo era tributario del San Jorge y recorría unos 35 kilómetros desde el municipio de Rosal hasta Capellanías, en Cauca.