El gobernador del departamento colombiano de La Guajira, José Ballesteros, declaró hoy en estado de calamidad pública esa zona norteña, por la intensa sequía de efectos devastadores, y reclamó la ayuda urgente del Gobierno.

Fuente: Prensa Latina
“Instamos al presidente Juan Manuel Santos a decretar planes emergentes para paliar esa situación, necesitamos un respaldo fuerte y comprometido del gobierno nacional. Son seres humanos los que están padeciendo la sequía y el desabastecimiento”, dijo.

En su declaratoria de calamidad pública, el Consejo Departamental de Desastres llamó a recuperar los centros infantiles con enfoques nutricionales y elaborar un plan urgente de contingencia para contrarrestar los efectos demoledores de la sequía. La víspera la Asociación de Autoridades y Cabildos Indígenas Wayúu, del sur de La Guajira, denunció en esta capital las condiciones extremas que afrontan 18 mil 200 miembros de su comunidad, donde no llueve desde noviembre de 2013, y acusaron a la multinacional minera Cerrejón de dilapidar el agua.

La población ha tenido que transportar el líquido vital desde el río Ranchería, contaminado en gran parte por los vertimientos de sustancias químicas y aguas residuales de Cerrejón, precisó el gobernador del resguardo indígena del municipio Provincial, Luis Emiro Wariyúu.

Según la comunidad, la transnacional angloamericana gasta más de 17 millones diarios de litros de agua en sus operaciones extractivas, mientras los asentamientos ancestrales mueren de sed y persiste un desabastecimiento generalizado de alimentos.

Los aborígenes denunciaron además que la población está confinada ya que más de 69 mil hectáreas de ese territorio pertenecen a Cerrejón, considerada la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo.