Somos comunidades de los valles de Maipo, Aconcagua, Limarí, Copiapó, Huasco, que hace años venimos exigiendo que se protejan nuestros glaciares de la destrucción que provoca la Mega Minería en las zonas altas de la Cordillera de Los Andes, porque sabemos que acabar con los glaciares en los valles transversales de Chile, es acabar definitivamente con la vida de nuestros valles. Por eso, frente al proyecto de ley de glaciares ingresado por el pro minero Ministro de Medio Ambiente Pablo Benadier, el martes 10 de marzo al parlamento luego de dudosos trámites “pre legislativos”, las organizaciones abajo firmantes declaramos:

1.- Es indignante que una demanda comunitaria urgente y sentida cada vez con más fuerza por la ciudadanía, como es la protección de los ecosistemas glaciares, pretenda ser resuelta mediante la firma de un protocolo entre el poder ejecutivo y algunos parlamentarios, a espaldas de los territorios, y que al cabo de una semana se traduzca en un proyecto de ley lleno de vacíos y de imprecisiones.

2.- Nos parece que se atenta contra la democracia cuando una discusión en curso en el parlamento, después de años de movilización comunitaria, es interferida por un “rayado de cancha” del gobierno de Bachelet. Éste ya ha informado, contra toda lógica de protección de los ecosistema glaciares, que pretende al menos duplicar la extracción minera en nuestros valles en los próximos 10 años, sin ningún tipo de discusión pública y valoración de los sendos impactos que esta actividad trae para nuestras vidas. Esto, además, luego de que en gobiernos de la Concertación se firmara el inconsulto Tratado Binacional Minero con Argentina, que entrega las más altas cumbres de la Cordillera a las transnacionales mineras (25% del territorio nacional inmediatamente contiguo al límite con Argentina, las zonas más altas de la cordillera donde están mayoritariamente estos glaciosistemas).

3.- Cualquier ley de esta naturaleza, que involucra elementos esenciales en territorios indígenas, debe necesariamente considerar un proceso de consulta indígena, tal como establece el Convenio 169 de OIT, ratificado por el Estado de Chile, y un proceso de debate ciudadano, tal como establecen los supuestos mínimos de toda sana democracia. Saltarse estos pasos constituye sin duda una violación impresentable de nuestros derechos.

4.- Como dicen nuestros abuelos y abuelas, los glaciares son bancos perpetuos, son represas naturales que en ecosistemas desérticos y semideserticos, ayudan a mantener un flujo permanente de agua y vida aunque no haya precipitaciones. Constantemente vemos cómo esto está siendo ignorado con una miopía imperdonable por los gobiernos, quienes no prohíben su intervención, sino que proponen sea fiscalizada por la institucionalidad ambiental; la misma que ha sobreotorgado derechos de agua en nuestras sobreexplotadas cuencas y sometido a una crisis hídrica sin precedentes a nuestros valles.

5.- Creemos que cuestiones como diferenciar, de manera peyorativa entre glaciaretes (superficie menor de 25 Hectáreas) y glaciares (más de 25), supone una cuantificación arbitraria, que implica un retroceso en relación a lo establecido por la ya deficiente Estrategia Nacional de Protección de Glaciares, y da cuenta del espíritu entreguista de esta ley. Esto se refuerza definiendo conceptos reduccionistas sobre los distintos tipos de glaciar, la omisión del ambiente periglaciar, entre otras.
Del mismo modo, el proyecto solo prohíbe la intervención de glaciares en áreas protegidas, protección que ya existe, el resto queda sujeto a la discrecionalidad política del Consejo de Ministros, que declare algunos como “reserva estratégica glaciar” y en otros casos se permite la intervención de los glaciares vía proyectos sometidos a Evaluación de Impacto Ambiental. Todo esto, va absolutamente a contrapelo de la tendencia mundial que lejos de intervenir, cubre, cuida y supervigila la nula intervención sobre estas represas naturales estratégicas para la vida.

6.- Creemos que es gravísima la actitud de diputados como Daniel Melo, Patricio Vallespín y Andrea Molina entre otros, que se comprometieron con los territorios apoyando una moción de ley, si bien aún insuficiente, pero más cercana a las demandas y necesidades de las comunidades, para luego pactar con el gobierno y reírse de la voluntad ciudadana. No creemos en esta nueva maniobra del gobierno, conocemos este modo de operar desde los tiempos del acuerdo de Chagual y de los compromisos de campaña de Bachelet, ambos acuerdos incumplidos y traicionados.

7.-Para proteger los glaciares no hay que acelerar acuerdos inconsultos, sino que fomentar el debate, transparentar la relación de la “sequía” con el extractivismo, y avanzar hacia la construcción de un país creador y no solo depredador.

Red Ambiental Copayapu, Copiapó
Coordinadora en defensa del Agua de Copiapó
Asamblea por el Agua del Guasco Alto, Alto del Carmen
Valles en Movimiento, Limarí
Cofradía de baile chino adoratorio Cerro Mercacha, Aconcagua
Agrupación Camino Internacional, no a Puntilla del Viento. Aconcagua
Agrupación Ecologista de Aconcagua
Eka Chakra, Aconcagua
Red Metropolitana No Alto Maipo
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA
Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina, OCMAL
Pacto Mundial Conciente
Revolución de la Cuchara
Aguas Libres
Fundación Habitar