Oro ecológico para desterrar al mercurio
Noticias EFE
Belén Delgado
Lima, 8 may (EFE).- El uso del mercurio sirve a la pequeña minería peruana para extraer el oro con el que se fabrican muchos objetos y joyas, pero contamina tanto el ambiente que han aparecido en el país otras tecnologías a favor del “oro ecológico”.

No basta sólo con producir oro libre de mercurio y cianuro para ostentar esta etiqueta verde, sino que hay que demostrar también que los pobladores tienen una vida digna sin prostitución, deforestación, alcoholismo o trabajo infantil, indica a Efe el ingeniero peruano Carlos Villachica, inventor de un ingenio para producir “oro limpio”.

Villachica es responsable de la creación de un prototipo bautizado como ECO-100 que funciona con un pequeño motor a combustión y que destierra la necesidad del mercurio en la extracción aurífera.
El inventor reconoce que los mineros, acostumbrados a separar con mercurio el oro y la arenilla negra, sólo apostarán por el sistema que les resulte más sencillo y rentable.

“No había cómo reemplazar el mercurio, método bastante manual y fácil”, dice Villachica.
La empresa fabricante de los ECO-100 acaba de firmar un contrato por el que otra compañía financiará cuarenta equipos que en menos de tres meses serán entregados a mineros del departamento de Madre de Dios, principal foco de extracción de oro en Perú, donde además se instalará un taller de mantenimiento y entrenamiento.

Mediante este procedimiento, millones de burbujas se inyectan en el equipo, hacen flotar el oro y lo separan de la arena negra, una técnica que permitirá a los mineros recuperar hasta un 20% más de oro.

A juicio de Villachica, “el uso responsable del mercurio no existe porque se escapa siempre”, es decir, los residuos son volcados en las aguas de los ríos, lo que hace que el mercurio sea digerido por peces y personas.

Sólo en Perú, la minería informal produce unas 20 toneladas anuales de oro y emplea a un mínimo de 40.000 personas, aunque esta cifra puede llegar a 100.000, según datos oficiales.

Por cada tonelada de oro recuperado, los mineros utilizan dos toneladas de mercurio, lo que genera un grave problema ambiental, pero no el único.

Hace ya casi quinientos años, la civilización inca se desmoronó debido, entre otros factores, a la contaminación del mercurio, según recientes investigaciones que apuntan al envenenamiento de la población.

Malformaciones, deterioro del sistema nervioso, daños en los riñones y hasta la muerte son algunos de los tristes resultados que conlleva consumir pescado contaminado y exponerse de forma continua a altos niveles de vapor de mercurio.

Todo ser vivo está expuesto a estos riesgos, según el biólogo de Cáritas César Ascorra, que trabaja en Madre de Dios y ve cómo la mortalidad y las enfermedades por causas desconocidas van en aumento.

Un estudio de la ONG constata que en los comercios locales donde se vende oro la concentración de mercurio es 35 veces superior al nivel máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud.
No sólo se habla de la contaminación de animales, agua, suelo y aire: alrededor de la minería informal también se desarrollan mafias, casos de explotación infantil o fenómenos como la prostitución.

Villacocha aclara que “nadie quiere contaminar per se” y, por eso, cita a algunas comunidades de la región de Cuzco que se niegan a tratar mercurio en sus minas, imitando así a los incas, que ya durante su imperio lo prohibieron por ser dañino.

Hace tres años, el ingeniero recibió una subvención del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC), cuyo presidente, Augusto Mellado, cree que hace falta fomentar tecnologías limpias y eficientes en países ricos en materias primas.

“Hay bonanza económica pero no necesariamente bonanza social”, puntualiza Mellado, al tiempo que opina que el “pequeño gran invento” de Villachica puede ser la “solución social y económica para los pequeños mineros”.

El oro calificado como ecológico puede ganar hasta un 20% de valor en el mercado y ya ha atraído el interés de firmas de joyería como Cartier. Sin embargo, la tecnología no lo es todo.

Según Villachica, el oro será ecológico siempre y cuando tenga una marca que diga: “Fui obtenido sin contaminación, sin prostitución, sin alcoholismo, sin deforestación, sin trabajo infantil y sin corrupción”. EFE