Hasta mediados del siglo 20, la minería subterránea eral el método más común de extraer yacimientos. Después de la segunda guerra mundial, lo avances en la tecnología y el desarrollo, niveladoras, palas y camiones más grandes permitieron el movimiento de enormes cantidades de materiales, que promovieron la explotación en minas a cielo abierto. Sin embargo siguen existiendo minas subterráneas, como las de El Teniente, en Chile, la mina subterránea más grande del Mundo.

Generalmente la minería subterránea tiene menor impacto ambiental que las minas a cielo abierto. Afecta menos la superficie de la tierra, pero puede contaminar con ácidos y metales, el agua e interceptar acuíferos.

Actualmente, más del 60% de los materiales extraídos en el mundo son mediante la minería de superficie, devastando, donde se instala, riquísimos ecosistemas, provocando deforestación, contaminación del aire, el suelo y el agua.