Protestan en Toronto contra la mayor minera del oro mientras su cotización en la bolsa no para de caer. Informe alternativo refuta discurso de responsabilidad social y revela conflictos y abusos de la empresa alrededor del mundo. Aumento exponencial de costos y deudas, fastidio de inversores y movilización de las comunidades afectadas marcan el fin de la última burbuja. El gobierno de Cristina Fernández ratificó la construcción de la mina Pascua Lama. ¿Con o sin Barrick?

 

 

Por Luis Manuel Claps

Aunque Télam diga lo contrario, todo hace suponer que la paralización del mega proyecto minero Pascua Lama es un hecho. Después de doce años consecutivos de aumento del precio del oro en los que la minera canadiense llegó a ser la mayor productora mundial del metal, la reunión anual de accionistas de la semana pasada en Toronto estuvo precedida por “el peor mes de Barrick Gold en toda su historia”.

El oro sufrió la mayor caída desde 1980 y los contratos futuros perdieron casi un 15% en solo dos días. Las acciones de Barrick cayeron un 50% en 2012 y un 46% en lo que va de 2013, al nivel de 1993 cuando el oro promediaba los US$360 la onza. De yapa, Barrick está más endeudada que ninguna otra minera de oro (la deuda neta es US$12.5 billones, más que los US$2.7 billones que debía en 2010). La sangría parece haber comenzado con la adquisición de Equinox Minerals por US$7.3 billones en 2011, durante el pico más alto del mercado.

Críticas y reclamos en Toronto

El pasado 24 de abril unas cien personas soportaron el frío y la lluvia para protestar en la reunión anual de accionistas de Barrick Gold. Con la nariz de Pinocho y sangre en las manos, un muñeco gigante de Peter Munk, fundador y presidente de la compañía, daba color a la movida. La organización activista Protest Barrick difundió un informe anual alternativo que detalla los graves conflictos generados por las “conductas patológicas” de la empresa alrededor del mundo.

Para Sakura Sounders, editora del informe, “hay una llamativa desconexión entre los abusos cometidos por Barrick Gold y una cierta imagen de responsabilidad corporativa que todavía mantiene en algunos círculos selectos de Canadá”. La frustración llegó también los accionistas y un grupo de inversores institucionales rechazó otorgar a John Thornton, co-presidente de Barrick y para muchos el probable sucesor de Munk, un bono de US$11 millones.

La mayor productora mundial de oro explota minas o desarrolla proyectos de exploración en nueve países: Argentina, Australia, Canadá, Chile, Papúa Nueva Guinea, Pakistán, Perú, Tanzania y Estados Unidos. Extrajo 7,4 millones de onzas de oro en 2012, con una significativa producción adicional de plata y cobre.

Kilombo en la frontera

Algunos de los peores problemas de Barrick están en Pascua Lama, el mega proyecto enclavado en la frontera entre Chile y Argentina. Los costos de construcción subieron de US$3 billones en 2009 a US$8.5 billones hoy, haciéndola la mina de oro más cara que se haya construido (los costos no son volátiles como el precio del oro: una vez que suben, no vuelven a bajar).

La nueva realidad obliga a Barrick a vender activos, reducir costos y congelar gastos. Pero incluso si consiguiera más dinero, una corte judicial detuvo la construcción del lado chileno. Luego, una corte de apelaciones rechazó el pedido de la subsidiaria Minera Nevada de revertir la orden. Después de la debacle, Barrick despidió a sus principales ejecutivos en la región: Guillermo Calo, Robert Nicholls, Rodrigo Jiménez y Dante Vargas.

El proyecto también sufrió un revés judicial del lado argentino. En julio de 2012 la Corte Suprema de Justicia ordenó que se aplique la Ley de Protección de Glaciares en el área de operaciones mineras, a pesar de las maniobras legales de la empresa para impedirlo. Salvo que la Corte Suprema de la Nación sostenga estándares ambientales más bajos que los de una corte de apelaciones de Santiago, el proyecto Pascua Lama debería ser paralizado por razones ambientales y sociales también del lado argentino.

Sobreviviendo a Pierina

La mina Pierina está ubicada en la Cordillera de los Andes, en el departamento de Ancash, distrito Jangas, en el centro-norte del Perú, a una altitud de 4100 msnm. El 19 de septiembre de 2012 unos cien manifestantes de la Comunidad de Marinayoc llegaron hasta la entrada de la mina para reclamar por la provisión de agua, ya que la gigantesca mina a tajo abierto y su infraestructura destruyeron la montaña y sus fuentes de agua.

La policía disparó bombas de gas y mientras los pobladores se dispersaban los atacó con armas de fuego. Nemesio Poma (55) fue herido y llevado a la posta médica de la mina, donde murió desangrado. Alejandro Rosales (45) sufrió heridas de esquiarlas de bala en la espalda; después de tres operaciones los médicos salvaron su vida en una clínica de Huaraz.

Marinayoc es un hermoso lugar que ha provisto lo necesario para los quechua que viven allí por generaciones. Pero ahora el ciclo del agua del que dependían fue perturbado por la mina. Reconociendo esto, Barrick ofreció tratar en agua en una planta de purificación antes de liberarla desde la mina a la comunidad. Pero como fue reconocido por un funcionario de la minera, “las comunidad no quiere utilizar el agua que proviene de la mina, incluso si fuera tratada y certificada”. Actualmente un camión cisterna diario provee agua a Marinayoc como parte del programa de responsabilidad corporativa de la empresa. ¿Cuánto tiempo durará esta solución?

¿El fin de la burbuja?

El oro aumentó de US$250 la onza en 1999 a un récord histórico de US$1921 la onza en septiembre de 2011. Para muchos inversores y el público, esta “década dorada” creó la ilusión de que el precio seguiría subiendo indefinidamente. En los últimos diez años, los abusos a los derechos humanos y el medioambiente de la multinacional Barrick Gold se vieron opacados por la constante suba del precio y el camuflaje de los discursos de la responsabilidad empresaria. Mientras la bonanza del oro parece hundirse en una prolongada etapa de volatilidad, el futuro de las comunidades próximas a las operaciones mineras parece más incierto que nunca.