Esquel es un pueblo que camina sus calles en defensa del agua y de la vida desde fines de 2002. Es el pueblo que echó a la multinacional minera que pretendió explotar el Cordón que lleva su nombre y que es símbolo y custodio de entereza y dignidad. Desde aquí se irradió la lucha antiminera en Argentina. La montaña está de pie gracias a su gente. Así seguirá.

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Por Asamblea de Vecinos Autoconvoados de Esquel por el NO A LA MINA

El 23 de marzo de 2014 nuestros pasos vuelven a caminar las calles de nuestra querida Esquel reafirmando el NO A LA MINA como desde hace once años. Hoy la huella de muchos pies ha crecido y la lucha suma significados.

La megaminería polimetálica es manifestación paradigmática del capitalismo: extracción con el menor costo posible para las empresas y sin reparo alguno por los derechos socioambientales.

En el Cordón Esquel, que se asienta sobre la cuenca hídrica que abastece a la Ciudad del mismo nombre en Chubut, Argentina, hay 80 tn de oro (unos 4.500.000.000 u$) y 125 tn de plata (150.000.000 u$). Se previó su explotación por 10 años con el uso diario de 6 tn de cianuro. Las condiciones económicas del proyecto sólo eran atractivas para la empresa y algunos funcionarios y comerciantes cortoplacistas, si tenemos en cuenta los incentivos fiscales que la Ley de Minería otorga (reembolsos, exenciones, regalías, etc).

Aunque el sector minero apele a cierta cosmética discursiva que incluye conceptos como “desarrollo de las comunidades cercanas”, “sustentabilidad” o “responsabilidad social empresarial” para instalar sus proyectos, tanto la realidad de los emprendimientos en marcha en todo el mundo como muchos Estudios de Impacto Ambiental presentados por las mismas empresas en nuestro país ponen en evidencia los engaños permanentes de los que se valen. Algunos de estos engaños vieron la luz en el asiduo y profundo proceso asambleario desarrollado por los vecinos: la megaminería no aportaría fuentes laborales genuinas para los muchos desocupados existentes en Esquel tras la debacle económica de las últimas dos décadas del siglo XX y sin dudas destruiría las relacionadas con el turismo y la producción agro-ganadera; además, modificaría negativamente las condiciones de vida de la gente.

Hacia finales de 2002, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA asumió el protagonismo que el momento histórico requería: su acción multiplicó el número de personas que se comprometieron a informar al vecino e invitarlo a movilizarse. 8.000 voluntades ocupando las calles, en una población de 27.000, sacudieron las estructuras de poder. Por entonces, inclusive, se presentó un Recurso de Amparo en la Justicia que obligó a paralizar las obras iniciadas en el cerro por la minera.

La Consulta Popular que la población arrancó al Gobierno Municipal arrojó como resultado -el 23 de marzo de 2003- más del 81% de oposición al emprendimiento, número que sorprendió no sólo a la empresa sino a gran parte de las fuerzas políticas formales. Se marcha desde entonces cada día 4 de cada mes, fecha simbólica porque justamente se pretendía inaugurar la mina el 4 de enero de 2003.

El NO A LA MINA, estandarte colectivo, con el tiempo multiplica en cantidad y significado el “NO”. De la mano de cada adulto que asumió la lucha hubo una niña, un niño, un joven que la hizo carne. Ellos constituyen hoy su mayor fuerza. Y no solamente en Esquel…

Los años de lucha nos han enfrentado a múltiples embestidas del sector minero. Algunas sufridas a nivel individual -como amenazas telefónicas, desacreditación, “aprietes” a trabajadores del estado, judicialización de vecinos y periodistas-, otras, desarrolladas con total impunidad contra el pueblo en su totalidad: la venta del Proyecto “a otra empresa” que tiene demasiadas cosas en común con la primera, el enmascaramiento de acciones de difusión sobre las bondades de la minería en Jornadas Empresariales, la pretendida tarea de socavamiento de la voluntad popular a través de medios de información cooptados y pseudo-periodistas/ empleados de la empresa minera, pretendidos sobornos a familias necesitadas.

También se consumaron algunos insultos mayúsculos: el cambio de nombre del Proyecto –y de nuestra ciudad- por el de “Suyai”, el otorgamiento por parte del Municipio a la empresa Yamana Gold de la habilitación de oficinas administrativas en Esquel, el anuncio de exploración y explotación de un yacimiento inexistente en una población cercana generando así una supuesta aceptación de la actividad que no es tal, entre otros.

Se hace difícil comprender, tras el rotundo rechazo a la actividad minera, que una administración soberana de la ciudad permitiera tales atropellos, pero la población siempre tuvo muy claro que entre los funcionarios municipales existían personeros de la minera -de ésos que, como decía nuestro patriota Manuel Belgrano, “no conocen más Patria, ni más rey ni más religión que su interés”- con nombre y apellido y un cargo otorgado por el Intendente Municipal. Su oficio es no ir más allá de su propia sombra y operar convenientemente enviando a quienes buscaran empleo a conversar con el Gerente de Relaciones Comunitarias de la empresa minera. Se trata de mercenarios a sueldo tan obtusos como ambiciosos e individualistas, incapaces permanentes de gestión y honestidad.

La inmediata retirada de Meridian Gold tras el resultado de la Consulta Popular de 2003 desacomodó tanto al gobierno local como provincial. Más allá de los diferentes resultados que obtuvieron con posterioridad en las urnas, ninguno logró elaborar alternativa económica alguna a la minería. Digámoslo claramente: no quisieron hacerlo. Por el contrario, los proyectos mineros se multiplicaron en el territorio provincial. Y con ellos la oposición de las poblaciones.

La información comenzó a circular en las ciudades de Rawson, Trelew, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia y también en pequeños pueblos y comunidades del interior. La amenaza que se cernía sobre la cordillera se extendió a la meseta provincial e inclusive a territorios cercanos a la costa del Atlántico.

Los vecinos de distintas localidades comenzaron a movilizarse también, a ocupar su lugar en las calles de la Provincia y en los estrados judiciales; a montar guardias en la Legislatura.

2013 se caracterizó por una importante avanzada del Gobierno Provincial para modificar la Ley 5001, producto insatisfactorio pero eficaz de la lucha esquelense, que prohíbe la utilización de tóxicos en las explotaciones mineras en Chubut. Y hubo vecinos poniendo el cuerpo, literalmente, para que ello no ocurriera.

A tono con la política nacional, se pretende avanzar con las explotaciones de gas y petróleo por medios no convencionales (fracking), lo que ha sido objeto de movilizaciones y presentaciones judiciales. En Chubut no sólo hay oro y plata sino también plomo y uranio al igual que en muchas otras provincias. Gran parte del territorio en nuestro país es ocupado por cultivos transgénicos. Y en cada lugar, hay organizaciones en lucha.

Esta apretada reseña sin dudas deja afuera muchísimos acontecimientos que conforman la historia de una resistencia entre cuyas muchas expresiones se cuenta la de pequeñas comunidades originarias.

La última acción decidida por la Unión de Asambleas de Chubut ha sido lanzar en el mes de agosto de 2013 LA OTRA CAMPAÑA. La idea es reunir la cantidad de firmas necesarias para proponer una Ley de Minería por Iniciativa Popular.

Chubut cuenta con un total de 135 Proyectos Mineros de los cuales la mitad está en condiciones irregulares.

El tiempo no para. Lo habitan desde las sombras, manejando los hilos siniestros de sus fantoches, los mercaderes de la muerte vestidos de “progreso y desarrollo”.

Son mineros a veces, así se nos presentaron a nosotros. En otros lugares, van sembrando semillas modificadas y esparciendo veneno desde aviones fumigadores o inyectando polímeros a las rocas para extraerles el gas y el petróleo que encierran.

En todos los casos, se apropian del agua, de la salud, de los territorios, de los derechos de los otros.

Y en todos los casos estamos nosotros, los otros, resistiendo. Y como resistir es , multiplicar, se contagia la lucha y el protagonismo ciudadano . La historia de las dictaduras en América Latina durante el siglo XX ha relegado la participación ciudadana de generaciones. Ahora, la democracia real llegó para quedarse. Se encarna en el vecino común que resignifica la lucha con el amor y el cuidado de cada hija, hijo, nieta, nieto que marcha a su lado. Ellos, los “purretes del NO”, que hoy constituyen la mayor fuerza del NO A LA MINA.

Fotos Raúl Gallego, Trelew

Notas

1 Título del tema musical de Bersuit Vergarabat

2 Un estudio del hidrogeólogo Fernando M. Díaz realizó la oposición técnica en este sentido: https://www.noalamina.org/mineria-informacion-general/impactos-de-la-mineria/mineria-de-agua-como-la-megamineria-afecta-el-caudal-y-la-salud-de-las-cuencas

3 En forma encubierta y durante dos años, este Gerente de la empresa condujo un programa radial local (aún en el aire) en el que se promociona la actividad minera sin blanquear su relación laboral.