La empresa afirmó que la “solución rica” no llegó al río. La cámara que está frente al curso de agua dejó de funcionar en simultáneo al derrame, aunque luego se difundieron imágenes de las operaciones para contenerlo. Esa solución contiene oro y plata, agua, metales pesados como mercurio y arsénico y otras sustancias tóxicas como cianuro y otras provenientes de la lixiviación de la roca. Los vecinos sostienen que este es el séptimo derrame tóxico y recuerdan que el Código de Minería señala en el artículo 264 que el incumplimiento de las normas debe ser castigado con la “clausura temporal, la que será progresiva en los casos de reincidencia” y que agrega: “En caso de tres (3) infracciones graves se procederá al cierre definitivo del establecimiento”.

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Fuente: Infobae
El último derrame confirmado en la mina Veladero, de Barrick Gold, había ocurrido el 16 de septiembre de 2016. En esa ocasión, el gobierno de San Juan le exigió a la empresa que coloque cámaras a lo largo del yacimiento para darle mayor transparencia a su trabajo. Sin embargo, la cámara que está en el río Potrerillos, quizás una de las más importantes, dejó de funcionar ayer a la noche, luego del nuevo accidente, del que poco se sabe, y todavía sigue apagada, como muestra el video que Infobae publica a continuación.

La “solución rica” que se derramó es tóxica ya que no es otra cosa que solución cianurada cargada con oro, plata, metales pesados, sustancias químicas tóxicas y agua.

Cuando ocurrió el derrame del 12 y 13 de septiembre de 2016, la solución cianurada llegó al río Potrerillos. Barrick Gold informó que se fugaron un millón de litros del líquido, aunque la cifra sería muchísimo mayor, debido que manipuló groseramente el cálculo. Lo cierto es que ahora estaban apagadas las cámaras que hubiesen servido para corroborar que -como dijo la empresa- no hubo contaminación del curso de agua.

Desde el Ministerio de Minería provincial habían aclardo a Infobae que una de las primeras medidas a tomar era secuestrar las grabaciones. Habrá que ver cómo proceden ahora. Al igual que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, enviaron una comisión a la mina.

En la ciudad de Jáchal, una de las más cercanas al yacimiento, nadie sabía nada. Ni el Municipio ni los vecinos ni el juez federal Pablo Oritja -que tiene en su poder los expedientes por los sucesivos derrames- habían sido notificados.

Como el magistrado aseguró que no podía actuar si no había una denuncia, el abogado José Oscar Torres y el concejal Jorge Alfredo Morales, ambos cercanos a la Asamblea Jáchal No Se Toca, hicieron una presentación en la Fiscalía local. En el escrito al que Infobae tuvo acceso, acusaron a “dirigentes, empresarios y/o resopnsables de la empresa Barrick Gold” de “vulnerar y lesionar en forma actual e inminente la salud de la comunidad de Iglesia y de Jáchal, por cuanto el hecho en sí mismo significa un nuevo derrame de solución que contiene cianuro y materiales ricos”.

Por lo pronto, se espera la reacción del gobernador Sergio Uñac, quien había dicho que Barrick Gold no tenía más margen de error. Esta vez declaró que va a ser “implacable”, pero todavía no tomó ninguna decisión. ¿El problema? En el primer derrame hubo clausura y multa, pero en el segundo no hubo sanciones.

Los vecinos y organizaciones sociales, en tanto, especulan con que aplique la ley. El Código de Minería señala en el artículo 264 que el incumplimiento de las normas debe ser castigado con la “clausura temporal, la que será progresiva en los casos de reincidencia”. Y sentencia: “En caso de tres (3) infracciones graves se procederá al cierre definitivo del establecimiento”.