Mientras retumbaban los ruidos que generó el segundo derrame tóxico en una año en la mina Veladero de la Barrick, en San Juan, se puso en marcha un plan con dos objetivos: despegar al gobernador cuyano de su antecesor José Luis Gioja al mismo tiempo que desactivar el poder expansivo del espanto expresada por el activimismo antiminero de Jáchal.

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Fuente: Explícito

Enrique Viale, de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, dio cuenta de “la opereta” que comenzó a evidenciarse en torno a las repercusiones de la fuga tóxica producida el 8 de setiembre “por la rotura de un caño conductor”, según admitió la empresa trasnacional.

El encabezado de una nota en Ámbito.com va en la línea de la primera hipótesis anticipada por Viale: “‘La minería es necesaria, pero no a cualquier precio’. El gobernador Sergio Uñac pareció diferenciarse de su antecesor, José Luis Gioja, en relación con la gravitación de la actividad minera en la economía de la provincia”. Y lo que sigue en el texto reafirma el caso presentado por el abogado.

El exgobernador Gioja tiene vínculos explícitos con la minería. Durante su largo periodo de gestión se esparció el extractivismo por la jurisdicción sanjuanina de la Cordillera de los Andes. El mandato de Gioja se extendió desde 2003 hasta 2015.

Ámbito remarca que según datos oficiales, en 2014, la participación de la actividad minera en el PBG provincial alcanzó el 40% y las exportaciones de la Cadena Minera representaron un 78% del total de las exportaciones del país.

Uñac se presentó en público distante al fundamentalismo minero de Gioja con la doble intención de proteger su reinado naciente sin arruinar el negocio de las empresas que generan desprestigio a la vez que derraman divisas jugosas para la administración y sectores de la economía provincial.

Uñac actuó de ariete del gobierno de Mauricio Macri con los potenciales inversores mineros que fueron convocados por el macrismo al Mini Davos del Centro Cultural Kirchner. Fue uno de los gobernadores de la oposición presentados como oradores en el foro para CEOs.

El macrismo lo ha puesto al rabino Sergio Bergman, ministro de Ambiente, a militar la flexibilización de las leyes ambientales para facilitar inversiones mineras millonarias, como la anunciada en el marco del Mini Davos para sacar plata de la montaña de Chubut. El funcionario nacional se cruzó antes del foro con los ambientalistas chubutenses, a quienes acusó de irracionales en la defensa de condiciones cuya violación es un imperativo para la existencia de la megaminería metalífera.

Los activistas ambientales de los pueblos cercanos a los yacimientos de metales son el último obstáculo para los funcionarios, empresarios y sindicalistas apurados por disponer de fondos de la minería antes de reparar en presuntos a futuro de contaminación del ambiente.

Viale advirtió que entre “los políticos y los grandes medios” se pautaron “tremendas operaciones de prensa” contra los asambleístas de Jáchal, quienes mantienen hace un año una carpa de protesta en la plaza departamental como consecuencia del derrame de más de un millón de litros de agua con cianuro y otros tóxicos al río Potrerillos, afluente del Jáchal y otros tres cauces que recibieron restos de contaminación.

Tras el segundo derrame en menos de un año, Uñac fue a Jáchal. Entre los manifestantes antimineros hubo personas exaltadas ante la presencia del mandatario. Fueron tratados de violentos en la prensa sanjuanina con mayor poder de fuego. “Hay una persecución muy grande contra los pobladores de Jáchal”, denunció Viale y luego adjudicó esa acción “al gobierno y los grandes medios”.