Mendoza, Argentina – 23/01/08. Dentro de pocos días o semanas el gobierno podría autorizar la fase de explotación del Proyecto Potasio Río Colorado. Debido a sus diferencias respecto de la minería metalífera, dicho proyecto ha sido promocionado por la empresa angloaustraliana Rio Tinto como “respetuoso del ambiente” y “sustentable”, pues no se realizaría a cielo abierto ni utilizaría cianuro ni ácido sulfúrico. Sin embargo, unos pocos extranjeros se apropiarían de la mayor parte del beneficio económico, socializando a los argentinos graves riesgos ambientales legados a generaciones futuras, y agotando rápidamente recursos naturales no renovables. Todo ello es incompatible con un modelo de desarrollo que sea sustentable no sólo en el discurso, sino en los hechos.
Por Marcelo Giraud

En las últimas semanas, las asambleas del Valle de Uco, San Rafael, General Alvear y el Gran Mendoza han dejado claro que, aunque el modelo de desarrollo ambiental y socialmente sostenible sea una meta aún lejana en nuestra provincia, están dispuestas a luchar para alcanzarla.

Dentro de pocos días o semanas el gobierno podría autorizar la fase de explotación del Proyecto Potasio Río Colorado. Debido a sus diferencias respecto de la minería metalífera, dicho proyecto ha sido promocionado por la empresa angloaustraliana Rio Tinto como “respetuoso del ambiente” y “sustentable”, pues no se realizaría a cielo abierto ni utilizaría cianuro ni ácido sulfúrico.

Sin embargo, mientras las reservas de gas en el país equivalen a 8 años de consumo, este solo yacimiento requeriría 367 millones de m3 de gas por año, que equivalen a la suma del consumo residencial, comercial y oficial de toda la provincia en un año. La energía que utilizaría para sólo 386 empleos directos que crearía en Mendoza equivale a la necesaria para 16.100 empleos en la industria mendocina, incluyendo las fábricas intensivas en energía.

Tal como está formulado el proyecto, dejaría depositados, a perpetuidad y a 5 km del río Colorado, 83 Hm3 de cloruro de sodio (embalse Valle Grande a cota máxima: 168 Hm3), formando una meseta de 210 hectáreas de superficie por 40 a 50 metros de altura. La empresa propone “encapsular” este depósito para evitar la dispersión de sal al medio. Esto de ningún modo queda garantizado, pues el proyecto presenta numerosos y graves errores científicos y deficiencias técnicas, respecto de la acción del viento, tormentas estivales severas y sismos, entre otras falencias. Ello implica graves riesgos a perpetuidad para el ambiente local y regional, incluyendo la posible contaminación del río Colorado, con efectos interprovinciales. Las autoridades no deberían permitir este pasivo ambiental, sino exigir a la empresa que reinyecte las sales en formaciones geológicas profundas.

La empresa generaría un valor agregado de 225 millones de dólares anuales, según el cálculo previo a un fuerte aumento en el precio del potasio. De ese monto, el estado mendocino recibiría 8 millones en pago de regalías, y los empleados en 3 provincias otros 17 millones, quedando para la empresa una ganancia bruta de 200 millones.

En síntesis, unos pocos extranjeros se apropiarían de la mayor parte del beneficio económico, socializando a los argentinos graves riesgos ambientales legados a generaciones futuras, y agotando rápidamente recursos naturales no renovables. Todo ello es incompatible con un modelo de desarrollo que sea sustentable no sólo en el discurso, sino en los hechos.

Prof. y Lic. Marcelo Giraud
Docente efectivo carrera de Geografía – U.N.Cuyo
Asamblea Popular del Gran Mendoza por el Agua
D.N.I. 20.112.286