La multinacional brasileña demora inversiones por más de u$s 6.000 millones, porque rechaza la prohibición de girar dividendos al exterior. Esta semana agitaron rumores de despedidos en el megayacimiento mendocino de Malargüe y la administración de Paco Pérez tembló. La prohibición de remitir divisas al exterior establecida por el gobierno nacional como medida de coyuntura cambiaria, hacen que muchas grandes mineras estén librando una verdadera guerra fría, amenazando con dejar de invertir, retirarse de los proyecto mineros en marcha o a punto de comenzarse, y despedir a trabajadores que hayan contratado, generando el correspondiente caos social en los lugares donde operan.

Foto: Cristina Kirchner con los directivos de la multinacional brasileña Vale (arvhivo).

Fuente: La Política Online

El megaemprendimiento de extracción de sales de Potasio en Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza, no deja de traerle dolores de cabeza a las autoridades mendocinas. Rumores sobre despidos en un departamento que apuesta todo a la minería; atraso en la vuelta a trabajo, precios internacionales del mineral en baja y un hermetismo total por parte de la compañía brasileña es el caldo de cultivo para infinidad de especulaciones y la preocupación oficial.

El intendente de Malargüe, Juan Carlos Agulles, debió salir este viernes a aclarar que “no hay información oficial sobre despidos en la minera”, al confirmar, no obstante, que la última información que tiene es de diciembre cuando participó de una reunión con directivos del gigante brasileño.

Argulles se vio forzado a oficiar de vocero de la minera, ante el silencio de la compañía luego que empleados denunciaron que la empresa demoraba su reincorporación. Los trabajadores debían reincorporarse el 7 de enero, pero les comunicaron desde la mina que finalmente sería el 14. Ese día se hicieron presentes en sus puestos de trabajo, pero otra vez la decisión fue retrasar el inicio de los trabajos hasta el 21.

Pero la situación sería mas grave: los trabajadores hablan de despidos y de no renovación de contratos para los habitantes del lejano departamento mendocino. El impacto social de Vale en un pueblo de menos de 30.000 habitantes y que apuesta todo a su desarrollo a partir de la inversión de la minera brasileña, se vio reflejado en noviembre pasado, cuando jóvenes que no habían sido contratados realizaron violentas manifestaciones. La municipalidad debió interceder para que, al menos, se los contratara en forma temporal.

Con estos antecedentes, la incertidumbre actual preocupa a las autoridades municipales pero también al gobernador Paco Pérez. Vale, una de las mineras más grandes del mundo, tiene proyectos de inversión en Argentina por más 6.000 millones de dólares; de ese total, unos 2.200 están previstos inyectarlos en Mendoza. De ahí el brutal impacto para bien o para mal para las finanzas provinciales, la mano de obra y hasta la paz social de la provincia.

El proyecto de Vale es el único de envergadura en la provincia, ya que por una ley provincial 7.722 no se pueden instalar en Mendoza mineras que utilicen sustancias contaminantes para trabajar. Esta ley fue avalada políticamente por el actual gobernador Paco Pérez –a quien se lo relaciona con las mineras por haber sido abogado de varias antes de su ingreso a la política mendocina– en plena campaña, cuando se sospechaba que de ganar podría intentar eliminarla. No obstante, sectores empresarios hicieron una presentación a la Corte local pidiendo que se declarara inconstitucional la norma. Ese fallo aún está pendiente.

La pelea de fondo

La minería es uno de los sectores de la economía mundial que más rentabilidad tiene, y de ahí el monto enorme de las inversiones que realiza. En Argentina, la prohibición – medida coyuntural del Gobierno nacional–de remitir divisas al exterior, hacen que muchas, según fuentes del sector, estén librando una verdadera guerra fría, por ejemplo, y como ocurre en Mendoza, amenazando nunca en forma directa, con dejar de invertir, retirarse de los proyecto mineros en marcha o a punto de comenzarse, y despedir a los argentinos que hayan contratado, generando el correspondiente caos social en los lugares donde operan.

Rehén de un conflicto que lo excede, la administración de Paco Pérez se mantiene alerta ante cada noticias que surge de Vale. El último gran susto fue en abril de 2012, tras la expropiación de YPF, cuando Murilo Ferreira, titular de Vale, afirmó que estaban analizando si seguir operando en el país. El sofocón pasó, pero dejó de manifiesto la importancia que tiene este emprendimiento para Mendoza.

Otro episodio que en la provincia alarmó tuvo lugar en agosto pasado, cuando Ferreira informó que la compañía “congeló” un proyecto de inversión de 3.000 millones de dólares en Canadá debido a las “dudas que genera el actual momento económico mundial”. Además, el titular de Vale, entrevistado por el diario O Estado de Sao Pablo, no descartó que se decida suspender otros proyectos en Argentina y Guinea si persiste el actual escenario económico.