La exagerada “seguridad” en Famatina, convirtió al pacífico pueblo en una ciudad sitiada donde reina la fuerza policial. “El gobernador militarizó nuestro pueblo y nos intimida” denuncian los ciudadanos. En un acto desesperado por ingresar al cerro que provee de agua al valle, el poder político envió 100 efectivos policiales “que se apostan en las esquinas a la espera de una orden para arrasar contra quienes protegemos el cerro que nos da vida” afirman.

fuente: diario Chilecito

08/04/2012. Chilecito y Famatina son pueblos laboriosos y pacíficos a quienes la ambición de sus gobernantes vendibles y de las corporaciones mineras que los manejan, les han declarado la guerra por el agua, por la tierra, por el aire, por la vida. Los agresores confiesan su necesidad de desarmonizar el delicado equilibrio logrado en siglos por el pueblo, con la suma de naturaleza bien tratada, más su trabajo agricultor.

Los invasores, insensibles y descomprometidos personajes trasplantados, mercenarios, con toda la carga de una historia de violencia y corrupción a cuestas -a juzgar por sus primeros actos ante la comunidad-, vienen intentando apoderarse del agua siempre escasa, para darle uso discrecional bajo las normas de diversas técnicas extractivas de metales diseminados en las entrañas del Famatina.

El cerro Famatina fue entregado tramposamente a capitales gringos por el ex gobernador Angel Eduardo Maza y el actual, Luis Beder Herrera, dos supuestos criollos que vendieron bienes comunes de los riojanos.

Muy a pesar de sus infames traiciones, la soberanía de La Rioja sobre El Famatina está siendo heroicamente defendida por el pueblo que agradece de él, su agua y con ella los dones de una vida posible con trabajo y en paz.

No comulgando con esa paz, el gobernador Herrera, desesperado por el apriete de las corporaciones megamineras radicadas en la Argentina, por el efecto dominó de la lucha por El Famatina, por sus sucesivas chambonadas en función de cumplirles todas sus demandas y antojos, ha decidido cerrar -contra toda lógica y sentido común-, un candado político y económico a las comunidades de Chilecito y Famatina y a sus instituciones.

Intenta cercar con ostensible presencia policíaca o con la prepotencia de sus comisarios políticos, todos los símbolos morales y físicos de la ofensiva popular que lo derrotó y le ha dejado sin sueño en lo que será el tortuoso devenir de los tres años y medio que le faltan de mandato. El gobernador está muy golpeado, comienza a oler su derrota y aún gruñe en su impotencia: ¿Cómo es que en horas hayan salido de una más que defensiva resistencia a esta ofensiva que aplastó todo el poder que parecía tener?. Ya lo dijo el escritor Daniel Moyano: “El poder es una ilusión monstruosa…”.

Lo cierto es que más allá de lo que parecen estar, Chilecito, Famatina y sus pueblos, padecen el enfermizo asedio de un hombre que se ha quedado sin futuro político por su fanfarrona torpeza en el manejo del Estado. De tal modo que todos o casi todos, (según el Calígula riojano y sus acólitos magistrados) debieran sentirse en libertad condicional.

En realidad porque el Pueblo siempre es libre y continuará con su lucha tenaz y definitiva por El Famatina. Hasta que se desista de la megaminería contaminante a cielo abierto como política de Estado en La Rioja.

Mientras, el entorno mafioso les exige a quienes considera responsable de sus desvelos “seguridad jurídica” (amén de las ya famosas y leoninas exenciones impositivas), apresuradamente los gobiernos provincial y nacional han dispuesto acciones que ponen en vilo a los pueblos tratados masivamente como ignorantes. Se les amenaza a diario con la pérdida de sus trabajos, hay quienes ya han sufrido la caída de contratos laborales precarios, otros fueron denigrados a tareas debajo de su escalón laboral, todos son espiados ilegalmente por un aparato de inteligencia paraestatal, contratado formalmente en un estudio notarial en la ciudad de Mendoza por la empresa Osisko, que no fue investigada por la Justicia a pesar de que todas las pruebas están a su disposición. Proliferan punteros provocadores, invocando el nombre del gobernador donde sea que llegan buscando disputa, que de ocurrir será graficada en la prensa del régimen, victimizando a los sicarios del poder. Hay Jueces que usan el aparato judicial como arma de disuasión compulsiva, aun están esperando el auto de sobreseimiento los vecinos de Famatina que fueran llamados para ser interrogados en declaración indagatoria en plena feria judicial.

Es de conocimiento público nacional cómo se ahorca económicamente y en forma desembozada al Municipio de Famatina. Que paralela y simultáneamente se intenta separar al cura párroco de su pueblo con campañas de difamación, calumnias e infamias, además de maniobras tendientes a sembrar confusión y desconfianza, para obligarlo a desertar del rol de Pastor que este sacerdote asumiera cuando su elección fue caminar la senda hacia una iglesia al servicio de los seres humanos y no de las corporaciones políticas y económicas.

Sólo porque El Famatina tiene oro, cobre, plata, molibdeno y decenas de “recursos” más, que para ser extraídos requieren del uso de técnicas mineras repudiadas por los Pueblos del Famatina: Chilecito y Famatina resistieron sin tregua todos los intentos de penetración de las empresas megamineras. Las transnacionales Barrick Gold (canadiense), Shangong (China) y últimamente Osisko Minning Co. (canadiense).

No lo han hecho porque si, por supuesto. Casi siete años de lucha han creado una cultura absolutamente opuesta a la filosofía neo menemista de resignación popular, encarnadas por un ex gobernador como Angel Eduardo Maza y otro cuyo vuelo rasante duró bastante poco, el del próximo ex gobernador y actual mandatario riojano, Luis Beder Herrera. Ambos salidos de la pichonera menemista, no han servido para otra cosa que para mostrar un ponderable crecimiento económico que nunca ha llegado hasta el pueblo, a la par de un vergonzante tejido de alianzas con un establishment político y económico que no reconoce más límites y fronteras que una insaciable voracidad de enriquecimiento. Los mazistas de ayer son los bederistas de hoy. Esto sólo es posible en una provincia sin poderes que equilibren. El único sistema político posible es el que está a la vista: la Autocracia Bederista, que no es otra cosa que el gobierno de él, el de sus sobrinos, de sus chocos mineros, de sus obsecuentes de fin de semana en su finca, el de sus fieles extrapartidarios Gastón Mercado Luna y José Luis Bellia; más el de algunos piratas paracaidistas que hacen cuantiosos negocios con las nunca bien ponderadas SAPEM (Sociedades Anónimas con Participación de “ÉL” Mayoritaria), algunas de las cuales riegan su futura producción con aguas servidas. Entonces, si de caca es el sistema político-económico, con caca saldrá gran parte de su institucionalidad.

Es a este sistema político maléfico al que hoy se oponen Chilecito y su tierra natal: los pueblos del Famatina. Oposición a la caca de los procedimientos mineros con cianuro de la Osisko en el Famatina y a la caca de política utilitarista, sin principios que sustentan el modelo de política económica para el enriquecimiento de cuatro vivos en La Rioja, a costas de envenenar el futuro de las generaciones por venir.

Cuando se le hacen sonar los tarros al actual mandatario Beder Herrera en su finca de Anguinán ya le están golpeando la puerta al futuro ex gobernador de La Rioja.

La caravana más grande de autos, permitió mostrar la rigidez cadavérica, el fin de ciclo de un político nefasto, pero en realidad fue y es la estratégica pueblada del Valle (abonada por una cantidad de movilizaciones y de distintas acciones populares) la que instaló el estratégico Corte en Alto Carrizal el pasado 2 de Enero y ese Corte es lo que empantanó la política megaminera de Beder y Cristina.

El pasado 2 de Abril se han cumplido (junto con el 30º aniversario de Malvinas), tres meses del Corte Nacional en Alto Carrizal, organizado y protagonizado por argentinas y argentinos habitantes del Valle y protagonizado patrióticamente por jóvenes y adultos de todas las provincias del país que aún están allí en nombre de todos, que redoblan sus esfuerzos, inteligente y corajudamente. No importan allí las injurias del gobierno ni las provocaciones de sus sicarios, ni el ninguneo de personajes mediáticos que se creen más importantes que El Famatina. Aquellas que fracasan intentando minimizar el rol estratégico del Corte de Carrizal protagonizado por los que se la aguantan en serio. La historia resaltará el honor de los que se sacrifican en Alto Carrizal y condenará las miserias humanas que negocian con la oportunidad. Francamente, poco felices las declaraciones radiales de quienes, más desubicadas que Angel Maza disfrazado de ambientalista, se han hecho flaco favor criticando esfuerzos que por sí mismos no son capaces de mantener, porque no están a la altura de las circunstancias históricas.

Raramente, viene a ser en una ruta secundaria riojana, cercana a la Ruta 40, diríase sin exagerar que en un callejón de tres metros y medio de ancho, donde el pueblo unido le ha clausurado el camino a la megaminera Osisko como empresa y simultáneamente a una forma autoritaria, discrecional y prepotente de uso y abuso del poder del Estado por parte del gobernador Beder Herrera y la presidente Cristina F. de Kirchner.

Las multitudinarias puebladas en Chilecito, las de Famatina y otros pueblos riojanos que generaran un estado de movilización solidaria en todo el país, le dio un rango nacional al Corte de Alto Carrizal. Incluso articuló desde allí una sucesión de cortes de ruta en Belén, Santa María, Tinogasta y Andalgalá, en Catamarca y hasta en Amaicha del Valle, Tucumán, contra la megaminería que ya está causándole estragos a provincias hermanas.

Todo por fin, posibilitó la más alta legitimación de esta heroica lucha el pasado 26 de Enero en Plaza 25 de Mayo de La Rioja, cuando irrumpió por miles un pueblo no contaminado por el menemismo: la Juventud. Fue una inmensa mayoría de jóvenes dentro de un conjunto social de más de 15 mil personas, las que enterró no sólo las ilusiones mineras bederistas, también las de su perpetuación como gobernador. Allí donde menos lo imaginó, en la mismísima capital provincial. Esa Plaza proclamó: “Beder, o renuncias a explotar El Famatina, o renuncias a tu cargo”. Al gobernador de los riojanos, lo renunció ese Pueblo en esa Plaza.

Hoy, el mandato sigue siendo el mismo y nadie con dos dedos de frente permitirá que se lo sustituya por riñas de conventillo.

Buscan un pretexto para atacar al pueblo

El gobernador minero no tiene consuelo. Y mientras seca pañuelos con algunas lloronas que en su entorno le ayudan a ordenar alguna frase ambientalista para publicar en la prensa dependiente, intentará en el tiempo que le queda de mandato comprar voluntades, confundir, perseguir y destruir la unidad popular.

No es aconsejable servir en bandeja ningún hecho que le posibilite fortalecer los sistemas represivos. Hay que proteger de todo ataque a los aliados incondicionales del pueblo, no permitiendo maniobras de aislamiento contra los ciudadanos de lucha bajo el ejercicio de la difamación y la calumnia. Debemos evitar hechos que faciliten la desestabilización institucional, dando pretextos para dibujar estados de conmoción interna.

No debemos olvidar jamás que un gobernante ambicioso y sin futuro, es más peligroso que mono con ametralladora.