Repentinamente se hizo un silencio total; estaban haciendo su paso ante el escenario el primer grupo de manifestantes, denominados “Ciudadanos por la Vida” de una manera muy diferente al año anterior, un simpático grupo de bailarines y acróbatas, acompañados por pancartas y letreros, expresaban su protesta silenciosa, siendo seguidos por otro grupo, que en forma ordenada formaría parte de una serie de mas grupos que se habían sumado a la pacífica protesta.

Fuente: diario Chilecito
Chilecito – 22/02/2010. El 19 de febrero pero del año pasado ocurría un enfrentamiento por quienes pretendían hacer oír su voz de protesta, esta vez el pueblo se expresó y dejó bien en claro su postura.

Quienes tuvimos la oportunidad de estar presentes en el aniversario anterior, 19 de febrero de 2009, también pudimos asistir en tal fecha a la celebración de un desfile cívico militar totalmente diferente a lo realizado en muchos años, ya que miles de chileciteños regresaron a sus hogares antes de la mitad del acto, el que abruptamente se interrumpió y canceló debido al enfrentamiento que tuvo lugar en tal ocasión entre fuerzas policiales y un grupo de ciudadanos que pretendían hacer oír su voz de protesta, habiendo sido dispersados y reprimidos, con la detención de varios manifestantes.

A medida que se acercaba el momento de realizar el nuevo festejo con el desfile correspondiente a la celebración del día de la fecha, se percibía en la comunidad una cierta inquietud por la incertidumbre de los acontecimientos que podrían avecinarse, pero una acertada decisión, la de no hacerse presente esta vez el Sr. Gobernador de la provincia, trajo cierta tranquilidad, permitiendo suponer que el acto se desarrollaría sin los inconvenientes que eran de temer.

El palco de autoridades, presidido por la Vice Gobernadora, el Sr. Intendente, concejales, representantes del Gobierno de Copiapó, Intendentes, invitados y representantes de todos los estamentos, estaba totalmente rodeado por fuerzas de seguridad, como nunca antes, Policía, Ejército, Gendarmería, Granaderos, Escuelas Militares, Bandas de Música, mas destacamento policial justo detrás, habiéndose dado cita una multitud de varios miles de asistentes al acto, todo ello acompañado por muy buenas condiciones climáticas.

Los acordes de la banda militar, acompañaban invariablemente a todos los participantes de dicho desfile.

Repentinamente se hizo un silencio total; estaban haciendo su paso ante el escenario el primer grupo de manifestantes, denominados “Ciudadanos por la Vida” de una manera muy diferente al año anterior, un simpático grupo de bailarines y acróbatas, acompañados por pancartas y letreros, expresaban su protesta silenciosa, siendo seguidos por otro grupo, que en forma ordenada formaría parte de una serie de mas grupos que se habían sumado a la pacífica protesta.

En total se calcula que dicha caravana de manifestantes abarcó más de 300 metros, constituyéndose esta vez en el elemento humano más importante del desfile.

En síntesis, quienes habían sido criticados en el año anterior supuestamente por haber malogrado un desfile, este año se convirtieron en ejemplo de orden, disciplina, claridad en el mensaje, y número de componentes en su participación.

Había representantes según lo consignaban los carteles, de Buenos Aires, Andalgalá, Guandacol, Chepes, Famatina, Santa María… etc.

Niños, jóvenes, ancianos, bebés de pecho, sus madres, estudiantes, trabajadores, profesionales y docentes, todos unidos en una misma causa, “NO A LA MINERIA A CIELO ABIERTO”.

Una enorme torta, con la leyenda visiblemente portando el mensaje, recordaba el cumpleaños de Chilecito.

Pudiendo leer rostro por rostro la expresión de las autoridades, se hizo claramente visible de qué lado estaban los unos y los otros.

Es digno de destacar en este caso la valentía de quienes hasta ahora habían mantenido en reserva su posición personal, pero parecería ser que ante la grave amenaza que pesa sobre nuestro medioambiente, es necesario ya tomar una decisión firme, aun a riesgo de perder la seguridad laboral, constituyéndose en una prioridad vital la defensa de la vida.