Así lo aseguran los firmantes de un recurso de amparo ambiental, que frenó la instalación de una mina de cuarzo en plena reserva Pampa de Achala. Mañana, amparistas y la Secretaría de Ambiente se verán las caras en una audiencia de conciliación.

Fuente: Enredacción

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Despacito y por las piedras. Así, sin hacer ruido, fue como avanzó el expediente del proyecto minero Nácar cuyo fin es extraer cuarzo y feldespato del macizo Los Gigantes, dentro de la Reserva Hídrica Pampa de Achala. El emprendimiento privado tenía incluso fecha de audiencia pública fijada para ayer, pero fue suspendida por la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Córdoba gracias a la presentación de un recurso de amparo ambiental, por parte del Club Andino Córdoba, la Federación Cordobesa de Montaña y el ambientalista Ricardo Suárez.

Mañana, los amparistas y los representantes de la provincia se verán las caras en la audiencia de conciliación convocada por la Sala de 1° Nominación del fuero Contencioso Administrativo. “Mis clientes van a sostener el rechazo a que el proyecto de explotación siga avanzando. La Secretaría de Ambiente debe rechazarlo de oficio”, adelantó el abogado Juan Smith, a ENREDACCIÓN.

El amparo se basaba en la ley 6964, que establece que esa zona es área protegida. Y por lo tanto, sólo pueden desarrollarse allí emprendimientos de bajo impacto. “Se trata de una reserva protegida. Nunca debió autorizarse el inicio del estudio de impacto ambiental ni mucho menos llegar a instancias de audiencia pública. Se sabe que de las audiencias públicas ya no se puede dar marcha atrás”, explicó el abogado.

De todas formas, ven con buenos ojos que la audiencia haya sido suspendida por las autoridades provinciales antes de que la Justicia lo ordene, quizás como reflejo al recurso judicial presentado por los vecinos. En la resolución que cancela la audiencia, se establece que el expediente será remitido al área de Reservas  Naturales. Para el biólogo Ricardo Suárez, “eso también es inaudito. No es necesario que evalúen si está o no dentro de la reserva, porque el propio estudio de impacto ambiental que ellos aprobaron lo explicita. Ya por eso debió ser rechazado en la mesa de entrada, sin embargo lo dejaron avanzar. Lo que queremos saber, es cuál fue el camino que siguió ese expediente y por qué la Secretaria de Ambiente, que debe velar por los recursos, lo aprobó”, se quejó ante este medio.

El poryecto de la mina está emplazado en una zona protegida. Gentileza Pablo Caballero.
Los vecinos de esa zona de Punilla se enteraron de la mina Nácar por casualidad, el 2 de junio, cuando la fecha de la audiencia pública ya estaba encima. Desde entonces hay preocupación e inquietud en la región. Por eso, mañana planean acompañar a los amparistas en una manifestación que partirá desde Tanti y llegará al edificio de Tribunales I, en pleno centro de Córdoba.

UNA MINA FUERA DE LUGAR

El estudio de impacto ambiental presentado por un empresario local fue realizado en 2005 y actualizado años después.. Según ese informe la mina se instalaría en el paraje conocido como “El Cruce”, sobre el acceso Estación Meteorológica Cerro Los Gigantes, a 28 kilómetros de Tanti. Abarca parte del extremo noroeste del macizo Los Gigantes, y se ubicaría a 3 kilómetros de la escuela primaria y secundaria Nuestra Señora del Valle de Los Gigantes, a la que asisten unos sesenta alumnos. Por el lugar  señalado, pasa el arroyo “El Cruce”, que luego conforma el Río Yuspe, se une con el río Cosquín  y llega al lago San Roque.

“Cuando bajamos el estudio de la página de Internet, notamos que el mapa que utilizaban tiene más de 30 años”, explicó Suárez. Con datos de 2005, el informe omitía mencionar que cerca del lugar donde se instalaría la mina existe la escuela. “También en el mapa presentado faltan varios arroyos y, por ejemplo, mencionan una estación meteorológica que ya no existe”, señala el biólogo.

El cuarzo y el feldespato son minerales utilizados para la producción de vidrios y cristales de alto rendimiento. Se hallan en forma de vetas en los macizos de Los Gigantes y para extraerlos, hay que hacer voladuras. “Las explosiones tendrían un gran impacto sobre la actividad turística que hay en el lugar desde hace años”, sostiene Nicolás Unsain, presidente del Club Andino Córdoba. “Además -señala-, minimiza el impacto en ríos y el bosque nativo. Se excusa diciendo que sólo hay arbustos. Pero resulta que el bosque nativo del lugar es un arbustal y hay que protegerlo”.