San Fernando del Valle de Catamarca, Catamarca, Argentina – 22/11/07. El Director del Dpto. Ingeniería en Minas de la Universidad Nacional de Catamarca y ex Secretario de Minería, Ing. Rinaldo Herrera, afirmó recientemente que la actividad minera “es importante para evitar la dependencia económica de un país”. Refiriéndose a las reuniones realizadas en Tinogasta por la explotación de uranio dijo que “no me despertó el interés de asistir por quienes eran los participantes, para mí carecen de objetividad”. Respecto a esto último hay que aclarar que en dicha oportunidad nadie lo tuvo en cuenta, y que en Fiambalá se encontraban tres integrantes de la CNEA que no quisieron debatir con Javier Rodríguez Pardo, periodista con una larga trayectoria Nacional en defensa del ambiente. Cuando el mundo desarrollado está volviendo de su nefasta experiencia con la operación y deposición de los residuos del uranio, nuestro país está embarcado en un grave y peligroso camino que irresponsablemente conducen personajes improvisados y desaprensivos.
Por Julio César Andrada

El Director del Dpto. Ingeniería en Minas de la UNCa y ex Secretario de Minería, Ing. Rinaldo Herrera, afirmó recientemente en el otro periódico provincial, que la actividad minera “es importante para evitar la dependencia económica de un país”. Refiriéndose a las reuniones realizadas en Tinogasta por la explotación de uranio dijo que “no me despertó el interés de asistir por quienes eran los participantes, para mí carecen de objetividad”. Respecto a esto último hay que aclarar primeramente que en dicha oportunidad nadie lo tuvo en cuenta, y que en Fiambalá se encontraban tres integrantes de la CNEA que no quisieron debatir con Javier Rodríguez Pardo, periodista con una larga trayectoria Nacional en defensa del Ambiente y especialmente estuvo al frente del movimiento social que impidió la instalación de un basurero nuclear en Gastre (Chubut), y del que actualmente no existe ninguno en el mundo. Cuando el mundo desarrollado está volviendo de su nefasta experiencia con la operación y deposición de los residuos del uranio, nuestro país está embarcado en un grave y peligroso camino que irresponsablemente conducen personajes improvisados y desaprensivos.

Anteriormente, Herrera había expresado en carta a El Ancasti del 07/03/06, que defendía a la minería como la principal actividad productiva provincial, alegando que existía desinformación y mintiendo de que La Alumbrera no utilizaba cianuro de sodio, cuando la empresa expresamente declara lo contrario en el Informe de Impacto Ambiental. Graciosamente, en El Ancasti del 22/12/06, anticipando el fracaso de la Mesa de Diálogo Minero, cometió otro de sus famosos bloopers cuando dijo “La mayor contaminación que existe es en la Información”, amenazando además con que iba a brindar cursos de formación en la técnica minera. En el mismo sentido se encuentran los Sinner (que dijo, los ambientalistas “somos nosotros”), los Molina, los Gaffet, los Quintar, los Perea, los ferrocarrileros y otros tantos discurseros de la sustentabilidad minera.

La mega minería en el mundo es un grave problema y debe tratarse como tal, no es del dominio y manejo exclusivo de los empresarios, políticos y profesionales que viven de la actividad y que muchas veces se confunden en una misma persona, cuando no se confunden entre controladores y controlados. La Agencia de Protección ambiental del gobierno de los EE UU considera que después del calentamiento global la minería constituye la mayor amenaza a los ecosistemas del planeta y es la principal industria generadora de residuos tóxicos. En la actualidad la gran minería no está orientada a la explotación de minerales para la construcción y la industria, los proyectos se dirigen al oro, plata, cobre y minerales estratégicos que se emplean en el desarrollo aeroespacial de los países desarrollados.

Con ochenta millones de dólares concedido en préstamo por el Banco Mundial, el que tuvo injerencia en el diseño de la política pública, se construyó el entramado jurídico de leyes de protección a este fenomenal negocio, decidiéndose su reconversión, con total desproporción numérica, desde el punto de vista económico, por la diferencia sideral de ganancias. Vale el ejemplo de Veladero, en San Juan, donde la empresa ganará por año u$s 600.000.000 y la provincia sólo u$s 3.500.000, y para evaluar lo extraído basta una mera declaración jurada de la empresa. Por otra parte un alto porcentaje del valor de los minerales no participará del sistema financiero local y es el Estado el que está asumiendo el riesgo al asegurarle sus inversiones por 30 años frente a cualquier contingencia desfavorable para las empresas, eliminando también la Aduana y Frontera cuando el emprendimiento es internacional. A su vez la Ley ambiental minera intencionalmente omite el proceso de cierre de minas, proceso costosísimo, que en Estados Unidos se calcula entre 12.000 y 54.000 millones de dólares para limpiar la contaminación de las minas que dejaron de operar y las de producción activa. Al contrario de las leyes de los países primermundistas, los controles ambientales no se efectúan por organismos técnicos políticamente independientes y efectivamente capacitados, precisamente en Catamarca es Herrera uno de los designados para integrar el Consejo Consultivo Minero, que aconseja a la Secretaría de Minería en la aprobación del Informe de Impacto Ambiental de Agua Rica.

Es importante comparar con estas declaraciones, las palabras del presidente de la CAEM (Cámara de Empresarios Mineros) en el cumpleaños 50 de la institución diciendo “también debemos trabajar codo a codo con universidades y docentes de todos los niveles. Con sus ideas, todos ellos aportan constantemente, conceptos de alto valor pedagógico para la sociedad. Aportan la cuota de racionalidad, la cuota de verdad que nos permite mostrar a la minería como una industria indispensable para el desarrollo argentino”.

En consonancia con esto, el gobernador, recientemente dijo que existen grupos que no dejan debatir sobre la temática y que desinforman a la población, todo lo cual es falso. En Abril de este año, en la Norminera destacó a la minería como “imprescindible en la vida de la humanidad, especialmente para los países subdesarrollados o en vías de desarrollo”, agregó en una clara delegación de poder que “es importante que el sector minero instrumente políticas sociales”. Aún viajando personalmente a España, Israel y Australia a fin de tomar conocimiento del manejos de los recursos hídricos, en nuestra Provincia no se ha dictado ley alguna (tal como la 7722 en Mendoza) que tutele este recurso vital, protegiéndolo de una posible contaminación con sustancias químicas y tóxicas utilizadas en la minería, no existen leyes que protejan la biodiversidad, tampoco se han institucionalizado los procedimientos de audiencia pública obligatoria, previa a la autorización de actividades, que exige la ley General del Ambiente, tampoco se atiende a la reserva hídrica existente en los acuíferos, que tienen un alto valor socio-económico y estratégico y debe protegerse conforme la ley 25688 de Gestión Ambiental de Aguas. Al contrario, al regreso del gobernador de Australia, inmediatamente el Secretario de Minería informaba de inversiones australianas en minería en la provincia.

En otros casos más fácil que leer e informar, es colocarnos del lado del más fuerte y poderoso y mostrarnos imperturbablemente conciliadores, como el Obispo sucesor, quien por una lado, defendiendo a la actividad minera, la denomina minería responsable (la que no existe) y por el otro lado actúa confundiendo con que hay que bajar los decibeles de la protesta ambiental, dijo que no seamos ciegos ni sordos, que abramos la mente a la minería. Todavía hay testigos que recuerdan cuando llegó a la mesa de diálogo minero portando un maletín obsequiado por los empresarios mineros en la Norminera/07

Podrá verse que el Estado no gobierna por criterios de utilidad pública sino en función a un modelo económico y en relación a un pretendido progreso se desarrollan conductas públicas que generan un endeudamiento sin fin y sin respetarse las realidades productivas y sociales locales. Es por ello, que a fuerza de ser sinceros, se deberá informar a las comunidades locales, cuáles son las sacrificables y cuáles son las poblaciones relocalizables, cuáles las reales consecuencias y cuanto valen las molestias. El recurso es patrimonio exclusivo y soberano de las comunidades que viven en el lugar y es por eso que sin consenso o licencia social, no es posible la actividad. Las comunidades son las que van de decidir su futuro, el tipo de producción que van a elegir y para ello deben evaluar sus recursos actuales y su capacidad para encarar un desarrollo sin agua suficiente.

La supuesta ignorancia escondida en la frase de que un país sin minería va camino a la dependencia, oculta una realidad incontrovertible y es que la Argentina va en contra de su independencia, consintiendo con la entrega el despojo más descomunal de su historia. A la par, con el velado discurso de combatir la pobreza, se envían a poblaciones enteras a la miseria, las economías de susbsistencia van siendo progresivamente destruidas e ilegalizadas. Que simpleza y desparpajo sostener el desarrollo a cualquier precio, aún sacrificando el hábitat propio, eso ya no es desarrollo sino estupidez, una verdadera sentencia de muerte. El desarrollo y la independencia no puede sostenerse sobre una base de recursos naturales deteriorados, el ambiente no puede protegerse cuando el crecimiento no tiene en cuenta los costos de su destrucción. A esta altura hay que preguntarle al Ing. Herrera cuál país depende económicamente de otro, quién fagocita y vacía al otro.

Desinteresándonos del valor estratégico y geopolítico de los recursos naturales (biodiversidad, agua, gas, petróleo, minerales, tierra) estamos perdiendo nuestro más preciado patrimonio, los bienes comunes, que nos permitirá subsistir en un planeta signado por un diagnóstico ominoso en lo ambiental. El calor global se encuentra en un punto de no retorno, se está acelerando nuestra declinación, las perspectivas son malas y aún actuando exitosamente en su mejoría, los tiempos venideros son difíciles. Permanecemos impávidos en la negación de nuestras mentes coloniales con una incapacidad de tratar los problemas de nuestro tiempo, que siempre es más complejo y global, y sin comprender su verdadera naturaleza. Así es como creyendo en falacias, sometiéndonos a las relaciones de poder y reglas de economía global, permitimos la violación de los más elementales derechos humanos, económicos, sociales y culturales.

Desde el ámbito científico y académico no se le hace frente a este devastador atropello ambiental y social, al contrario se lo oculta o silencia. Existe una universidad pauperizada con inexistencia de trabajo de investigación, docentes sin post grado, falta de laboratorios, con gran deserción estudiantil, vagando a la deriva, al borde del colapso económico; defendiendo funcionalmente los intereses particulares de las corporaciones carece de principios e ideas que sostengan y contribuyan el crecimiento de la Nación.

La información y el conocimiento vuelan y se integran paulatinamente en el entramado social a una velocidad incomprensible para sus mentes, por eso a quienes se informan y están más allá de sus pobres especulaciones, mentiras e intereses, luchando contra la desintegración de la conciencia planetaria, se los menosprecia y llama desinformados, autoequivocados, fundamentalistas, violentos y prontamente terroristas.

Sólo hace falta que este académico de “cotillón” diga que como indios incivilizados que somos, no dimensionamos el valor que tiene la minería de llevar la “civilización” a los lugares más alejados del país, tal como lo dijo el ex presidente de la Cámara de Empresarios Mineros.

A todos esos seres que Vagan extraviados, desposeídos de su fe y su razón, ensoñando grandezas ajenas, a quienes sufren de ostracismo en su propia tierra, un inmenso reproche desde nuestra más profunda y vergonzosa ignorancia.

Julio César Andrada Abogado – D.N.I. 11.983.121