Hace poco, descubrí una “respuesta” a un llamado que había contribuido a difundir. Se trataba de apoyar a los habitantes de Andalgalá que querían manifestarle a la empresa minera Agua Rica su profundo desacuerdo con su proyecto. Pueden encontrar este llamado aquí.

 

Por Anna Bednik, colectivo ALDEAH

09/12/2010. Quiero responderle a Usted que se presenta como empleado de la dicha empresa -no me consta que así sea-, que me acusa de decir falsedades y dice querer “esclarecer algunos aspectos de mi opinión”: En realidad no se trata de mi opinión y la autoría de la “misiva” que Usted cuestiona no es mía, ella ha sido el resultado de un esfuerzo colectivo de muchas personas, de los dos lados del Atlántico (tanto de Europa como de América latina, de la Argentina y en particular de Andalgalá). Varias centenas de personas han participado en este esfuerzo, enviando cartas de protesta a las autoridades canadienses y argentinas, por lo que Usted no debería dirigirse a mí en particular, sino a todos nosotros. “Entre todos”, ¿eso dice Usted?

Le agradezco, señor Martin Aguirre (?), empleado de Agua Rica (??), su cordial invitación de “llegar hasta Andalgalá personalmente”. Lamento informarle que yo ya conozco Andalgalá, llegué hasta allá “personalmente” y no he sido la única en hacerlo: Caminé por sus calles y converse con sus ciudadanos como Usted me lo sugiere si amablemente. Conocí a muchos de los habitantes de la ciudad y de los alrededores, entre los cuales, habían personas que padecen lamentablemente de graves problemas de salud, como consecuencia de los impactos de la minería.

Si, camine por las calles de Andalgalá y vi el desconcierto de sus ciudadanos, pero más que el desconcierto, vi la rabia de muchos de aquellos a quienes se les está imponiendo un futuro que ellos no desean, de aquellos a quienes no se les está tomando en cuenta a pesar de que hasta el subsuelo de la plaza principal de la ciudad estaría concesionado a las empresas mineras! Falta de oportunidades y perspectivas a futuro, ¿eso dice Usted? Qué tristeza en efecto que en estas tierras que podrían ser fértiles la única “perspectiva a futuro” que se quiere imponer a todos sea la minería. Qué tristeza que alguien, algún día, desde arriba y sin preguntarle a la gente, haya decidido que Catamarca sea una provincia minera y que todas las demás vías de desarrollo debían ser trabadas (a menos que sean, lógicamente, “impulsadas” por la misma minera a dosis homeopáticas para poder servir de argumentos mediáticos).

¿Mejor calidad de vida, dice Usted? ¿Acaso es el rol de las empresas mineras brindar a los ciudadanos “servicios de salud mejores y mejores infraestructuras”? Gracias por su lección, acaba de encontrar una solución para todas las zonas desprovistas de servicios de base y ricas en minerales, que lógicamente deberían ser mejor desarrolladas y con mejor calidad de vida que las demás. Lo siento, señor empleado de Agua Rica (eso dice Usted pero no me consta), conocí demasiadas zonas mineras, donde los hospitales se encargan sobre todo de esconder los accidentes laborales y las enfermedades provocadas por la contaminación y que solo curan a los que se quedan quietos. Puede ser que existan excepciones, pero hasta ahora no conocí ni una (seguramente, ¡debo estar mal informada!). En la Oroya, Perú, una de las ciudades más contaminadas del mundo, la empresa Doe Run les aconseja a los niños con tasas de plomo en la sangre 4 a 10 veces superiores a los límites aceptables que se laven los manos con jabón y les reprocha a las madres que no limpian sus casas como se debe, esto es solo para darle un ejemplo de lo que significan los mejores servicios de salud para algunos empresarios. En Níger, un hospital construido por la empresa minera francesa que explota el uranio desde hace 40 años, dice que los numerosos casos de cáncer y de enfermedades respiratorias son debidos a la arena del desierto.

Otro ejemplo

Acaso las demás provincias mineras argentinas dan un ejemplo de calidad de vida que, según Usted, está reclamando “la comunidad de Andalgalá”? Lo siento, también caminé por las calles de San Juan, y no solo por las calles bonitas del centro de la ciudad, llegué incluso hasta Jachal, el pueblito más cercano del emprendimiento minero Gualcamayo : No pude constatar el desarrollo y la abundancia del trabajo qué, según Usted, brinda la minería, pero si, vi las aguas contaminadas y conocí a campesinos que tienen que mudarse de lugar porque ya no pueden cultivar sus tierras a causa de la contaminación. Si 7 de cada 10 habitantes de las provincias mineras en Argentina se oponen a la minería es seguramente porque están equivocados, manipulados o son estúpidos, ¿no lo cree?

¿Cuantas personas de Andalgalá y de los alrededores emplea realmente la minera Alumbrera? ¿En qué condiciones? Usted dirá que con Agua Rica la situación será distinta, es lo que dicen todas las empresas antes de empezar a trabajar: la Alumbrera ya prometió a los habitantes de Andalgalà el oro y el moro. Extrañamente, las promesas quedan promesas. ¿Acaso colgar el logo de la empresa en cada esquina de la ciudad es mejorar la calidad de vida? Debemos tener concepciones distintas.

En cuanto a los impactos de la minería sobre el agua y el medio ambiente, no tiene sentido entrar aquí en una guerra de argumentos, que es un método clásico de la minería que trata a los que se oponen a sus proyectos de ignorantes. Los impactos son conocidos y muy bien documentados. Como es de notoriedad pública, la minería es una de las actividades humanas más contaminantes que existe. ¿Cómo Ustedes van a separar el mineral de la roca si no usan cianuro? Tal vez me diga por flotación para lo cual necesitará diez millones de litros de agua por hora. Más agua que la que consume toda la provincia de Catamarca. ¿Tampoco van a tocar a las rocas mineralizadas? ¿No generaran ningún drenaje ácido? Son muchas las preguntas. ¿Sera la explotación de Agua Rica tan amigable para el medio ambiente como la de Bajo de la Alumbrera, como lo dicen algunos de sus colegas? En este caso, son muchas las razones para preocuparse.

Por supuesto, Ustedes dicen que Ustedes son diferentes, más responsables, casi-ecologistas y preocupados por el bien-estar de la gente. Lastimosamente, las empresas mineras no tienen buena reputación y no veo porque los habitantes de Andalgalá, los que ya tienen a la minera Alumbrera, deban creer que con Agua Rica va a ser diferente.

Lo que quería destacar nuestra “misiva” es que justamente, “entre todos”, no existe licencia social en cuanto a la instalación de una nueva mina en Catamarca. Lo que no quiere decir que todos están en contra, sino que son muchos los que se oponen. Y si Ustedes dicen que son pocos los que no quieren la minería en Andalgalá, ¿Porqué entonces no organizan una consulta democrática, como la que fue organizada en la ciudad de Esquel en 2003, para saber realmente cuantas personas aprueban el proyecto y comprobar de esta manera la licencia social?

No le voy a contestar a los comentarios que hace sobre mi vida personal y sobre el uso que hago de los recursos mineros, me parece fuera del lugar. Solo le diría que justamente, los del Norte como los del Sur, tenemos que preguntarnos en qué medida el consumo ilimitado de estos “beneficios de la minería” (carros, celulares etc.) de los cuales Usted habla es necesario a nuestro bien-estar y justifique que sigamos destruyendo territorios y atropellando a la gente para que algunos puedan cambiar de carros o de celulares como de camisas. Justamente, cuando nosotros, los que firmamos y enviamos estas cartas, hablamos de “nuestro lugar” es un lugar donde tenemos que cuestionarnos sobre nosotros mismos y sobre como disminuir la presión que el consumo ilimitado y ciego de estos “beneficios” ejerce sobre la naturaleza.

Por fin, quisiera hacerle llegar un agradecimiento por habernos confirmado que nuestra modesta iniciativa ha sido tomada por su compañía (si es cierto que es empleado) con seriedad, sin lo cual no hubieran buscado publicar esta “respuesta” por todos lados con tanto celo. Gracias, es una prueba de que hay que continuar, el llamado sigue vigente. Si Usted quiere sumarse, está bienvenido ingresando aquí. : 

Me permito firmar este correo en nombre de muchas otras personas que han enviado mensajes de apoyo al pueblo de Andalgalà.

Anna Bednik, colectivo ALDEAH