BizcochosUna de las formas de penetración cultural que utiliza la minera La Alumbrera YMAD , en Andalgalá es a través de las necesidades que se presentan en las escuelas.

 

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Por unos Bizcochos

PorMercedes Centena

Una de las formas de penetración cultural que utiliza la minera La Alumbrera YMAD , en Andalgalá es a través de las necesidades que se presentan en las escuelas. Como el dinero de las regalías no se invierte en Obras Públicas, hay montones de pedidos de informes a los Intendentes que han pasado desde 1994 a la fecha, que no llegan a ningún lado, porque la oposición no sigue en forma persistente sus propias denuncias y porque hablar de oposición en Catamarca es como la clasificación imposible de Pierre Menard. ¿Quién con quién? es imposible saberlo. Los mismos ambientalistas se achacan actitudes contradictorias entre ellos.

Para empezar el Intendente Perea de Andalgalá ha sido reelecto, a pesar de que entre gallos y medianoches este año, se aprobó -sin consulta- a la comunidad el Impacto Ambiental de Agua Rica. Un proyecto que es 3 veces más impactante y más saqueador que La Alumbrera misma. El proyecto Agua Rica va a contaminar con las explosiones los peri glaciares del Aconquija, tal vez también explote el Cerro (se desangre herido de muerte) por el impacto sobre su interior pletórico de agua pura-que durante miles de años-se dedicó a la buena alimentación y exportación de frutas y verduras últimamente hasta que llegaron ellos, los del YMAD- y les arruinaron la vida. El presente y el futuro a todos los andalgalenses.

Escuela de AndalgaláLa penetración en la escuela se da de una manera básica. Es una forma que garantiza al invasor, por parte de los pobladores humildes, la humillación y despojamiento de identidad, desgarramientos sociales tan codiciados por este tipo de instalaciones foráneas.

Les ofrecen Bizcochos. Si, bizcochos. Se los hacían cocinar a las empleadas de ellos mismos, dado que siguiendo con la corriente actual les hacen desarrollar múltiples tareas por el mismo insignificante escalafón (no hay control, no hay gremios, no va el CTA a ver que pasa allí, ellos también son gordos les pesa).

Y se los llevan a la Directora de la escuela, las directoras de las escuelas.

¿A cambio de qué? A cambio de la misma acción de aceptarlos. Aceptar esos bizcochos implica un regodeo flagrante con la situación creada. Con la pobreza, con la contaminación, una complicidad o complacencia con falta de inversión en educación, con la falta de merienda para las escuelas, con los desvíos de las regalías y vaya a saber uno cuantas cosas más. Un pacto de amistad con el saqueador. El síndrome de Estocolmo.

Pero es peor aún. Porque cuando Urbano Cardozo-con la bendita dignidad que Dios
y sus padres le dieron (el amor de su familia también)-va y rechaza esta afrenta, este
escarnio, esta humillación que tapa otras cuestiones más graves aún-si pudiera ser más grave lo muy grave ya-y sale por radio hablando, opinando, protestando:
No puede ser-dice Urbano, hace 14 años que Urbano dice lo mismo- a quien quiera oír que oiga-que una empresa transnacional que nos desbasta, nos contamina nos saquea venga a comprar voluntades por unos bizcochos (baratos) para los niños que la misma corrupción generada hambrean -y de la cual ellos so partícipes necesarios.

No puede ser que a cambio de unos bizcochos-tengamos que aceptar el sello, el escudo, el logo de La Alumbrera en cada esquina, para donde uno gire la vista aparece. Aparece el logo de La Alumbrera-al modo de los orines de un león dominante. Acá mando yo, dicen esos carteles esparcidos por todos los rincones de Andalgalá. Logos, bizcochos, carteles, medallas de promoción de los alumnos de la escuela secundaria- todo marca La Alumbrera.

He visto a padres llorar-dice Urbano. Padres que habiendo hecho sacrificios indecibles-
hachando, talando, cargando postes, trabajando en condiciones insalubres -nada se controla en Catamarca (en todo el NOA)-y teniendo el placer inmenso de ver a su hijo/a recibido/a, al volver el dorso de la medalla de promoción vieran el Logo de La Alumbrera-por otra parte-en todas las escuelas flamea la bandera de La Alumbrera.

Pero lo peor de todo no es esto. Lo peor de todo sucede cuando esas directoras-la de los bizcochos-las que permiten esta colonización cultural-sin más- salen por radio- a replicarle a Urbano Cardozo sus críticas, aduciendo:

“Parece mentira-dicen-que gente que ha recibido educación -refiriéndose a Urbano- pueda hablar así, criticar así, una acción tan buena como hace esta empresa que nos da los bizcochos”.

Demasiado.

(Continuará) 20 de noviembre 2009,
Mercedes Centena